La felicidad: un límite que tiende al infinito

    La felicidad: un límite que tiende al infinito

    La felicidad: un límite que tiende al infinito

    Última actualización: 28 agosto 2017

    Cuando mis alumnos me preguntan qué es un límite en matemáticas, les digo que un límite es el movimiento. Un movimiento que a veces termina en un precipicio y otras veces nunca termina. En cualquier caso, los límites y la felicidad sólo pueden entenderse si entramos en función y nos convertimos en una sombra de ese mismo movimiento.


    Puede ser un movimiento hacia el "tener". La mayoría de los padres venden a sus hijos la necesidad de ser la hormiga y despreciar a la cigarra (culpables, claro, de lo que sucede al final de la historia). El futuro es impredecible y nunca sabemos cuántos recursos podemos necesitar si llegan tiempos oscuros.


    Inicialmente, los niños son incapaces de comprender la complejidad de esta filosofía y ven el conocimiento solo como el medio para aprobar los exámenes y, por lo tanto, para hacer felices a sus padres.

    Un conocimiento que luego verán de otra manera (anhelarán) cuando se enamoren. Cuando llegue este momento, querrán saberlo todo. Quedarán fascinados con la posibilidad de descubrir cómo el pequeño mira con asombro a la persona que muestra y oculta su rostro en el famoso juego del bubù-septete.

    Entonces, la función comenzará a acercarse a su límite por voluntad distintiva y dejará entrever la asíntota que anhela, pero que nunca alcanzará.. Es así como el amor se transforma en el motor de este conocimiento. Un movimiento que se fortalece con la idealización que inevitablemente se da a una edad temprana (pero también a una edad no temprana).

    Uno de los motivos más frecuentes es el que responde a la “necesidad de tener”. La necesidad de la que hablábamos antes y que se transmite a los niños a través del eco que produce el mensaje que rebota en la sociedad. Una empresa que admite vuelo hacia adelante, la que estimula el consumo como solución perfectamente válida para mantener estable o aumentar la calidad de vida.



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