La envidia siempre es impulsada por la crítica.

La envidia siempre es impulsada por la crítica.

La envidia siempre es impulsada por la crítica.

Última actualización: 19 de diciembre de 2016

La envidia es considerada uno de los siete pecados capitales y suele ir de la mano de la crítica destructiva al envidiado. Devastadora para quien la sufre y para los implicados, esta emoción es tan común como dañina, y suele ir acompañada de afirmaciones superficiales y superficiales.

La envidia de alguien toma tiempo y enfoque para ser descubierta, ya que no es un sentimiento normalmente aprobado por la sociedad (en ese caso podemos hablar de “sana envidia”, entendida sin embargo como sinónimo de admiración). Por eso, quien lo experimenta actúa en silencio, creciendo con el paso del tiempo y llevando a las personas a regocijarse de las desgracias ajenas.



A veces, sin embargo, se manifiesta abiertamente en forma de reproches o aprecios que no siempre son recibidos por los envidiados. Esto se debe a que la envidia a menudo se esconde detrás de formas confusas de reproches y críticas destructivas.

La envidia surge del deseo.

La envidia surge cuando quieres algo que no tienes y cuando sientes rencor por los éxitos de los demás. Desgraciadamente, es un sentimiento muy extendido que lleva a la persona que lo prueba a sentirse empequeñecida. Además, podemos afirmar que este sentimiento no va dirigido solo a personas “inalcanzables”, sino también a personas muy cercanas a nosotros. 

"Todo lo que hago, así como todo lo que dejo de hacer, está motivado por un deseo, sea capaz de identificarlo o no"

-Jorge Bucay-

Esta molesta sensación suele generarse por dos tendencias típicas del ser humano: querer lo que no se puede tener y compararse constantemente con los demás. La envidia, en efecto, surge de la codicia y empuja al envidioso a la falta de empatía.



Además, las reacciones negativas que produce en él el envidioso suelen llevarlo al aislamiento oa tener dificultades para relacionarse. En última instancia, por es muy difícil para el envidioso ponerse en el lugar del otro, alegrarse por él y, en consecuencia, construir relaciones sanas con el envidiado.

Envidia: uno de los peores sentimientos

Para complicar la imagen, es bueno saber que una vez eclosionada, la envidia se mezcla con muchos otros sentimientos contradictorios: admiración, frustración, indignación, malestar, etc. Por lo general, surge la envidia hacia los miembros de la familia, amigos, colegas. Todas las personas que por tipo de vínculo ocupan el círculo social más cercano de los envidiosos.

Por estas razones se puede decir con seguridad que la envidia es uno de los sentimientos más venenosos. Hay envidia del prestigio de los demás, de su cuenta bancaria, de su salud, de su situación sentimental, de su trabajo, etc. La fuerte crítica se convierte en la primera válvula de escape en estos casos.

Es una crítica repetitiva sin otro propósito específico que el de alimentar la autosatisfacción, la mayoría de las veces haciendo que el receptor se enferme. La envidia puede utilizar armas como la difamación, el insulto o la mentira, mostrando la incapacidad del individuo para aceptar la realidad. y sus propios sentimientos.

“La envidia es mil veces más terrible que el hambre

Porque es hambre espiritual”.

-Miguel de Unamuno-

Mírate a ti mismo antes de hablar de los demás.

El juicio dañino que proviene de la envidia es el resultado de un sentimiento de apatía e infelicidad hacia la propia vida. La envidia refleja lo que nos falta, inconformismo y autorrechazo. Es un sentimiento que habla de insatisfacción y se escapa de reconocerlo.


No se trata de conformarse o no querer lograr el desarrollo personal, pero una de las mejores técnicas para usar la envidia de manera positiva es usarla como motivador. Esto significa haciendo de los éxitos de los demás la chispa que nos estremece y nos pone en marcha.


“La crítica no es más que un orgullo oculto. Un alma sincera consigo misma no critica. La crítica es un cáncer de corazón".


-Madre Teresa de Calcuta-

Mirarte a ti mismo antes de hablar de los demás con envidia sirve para hacernos entender qué necesitamos cambiar o qué deseos tenemos. Deseos que pueden no haberse manifestado hasta ese momento. A partir de esta autoobservación, es más fácil orientar nuestras acciones a la realización de nuestros sueños, luchando con ilusión, no con odio, para lograrlo.

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