La culpa patológica y su red

La culpa patológica y su red

La culpa patológica y su red

Última actualización: 04 de junio de 2018

La culpa es, en principio, saludable. Aunque implica arrepentimiento, sigue siendo un mecanismo asociado a la autocrítica. Es inevitable, a veces actuamos de manera inapropiada y terminamos lastimando a los demás. En estos casos, el sentimiento de culpa nos advierte de la necesidad de remediar. Sin embargo, hay circunstancias en las que el autorreproche va más allá de lo razonable, en este caso se denomina culpa patológica..



El sentimiento de culpa implica un llamado de conciencia. Aparece cuando se ha vulnerado un principio o valor. Es un sentimiento fuertemente asociado con la ideología. La conciencia moral o el deber siempre lo son.

“Pasas de inocente a culpable en un instante. El tiempo está así, tórtolas cantando sobre un árbol cansado”.

-Juan Gelman-

En términos psicológicos, es prácticamente imposible definir si un comportamiento es "bueno" o "malo". Incluso aquellos que lesionan deliberadamente pueden estar motivados por distorsiones del pensamiento o de las emociones, consecuencia de un ambiente alterado, enfermo o disfuncional.

Sin embargo, cada uno de nosotros individualmente hace este tipo de evaluación, en términos de lo correcto y lo incorrecto. Y cuando sentimos que hemos superado nuestro sistema de creencias o valores, sentimos remordimiento. ¿Cuál es la línea entre la culpa normal y la patológica? Profundicemos.

Culpa normal y culpa patológica

No siempre está clara la diferencia entre el sentimiento de culpa que podríamos definir como "normal" y el sentimiento de culpa patológico. Una primera pista que nos ayuda a distinguirlos pasa por una valoración de la frecuencia y la intensidad. Si se experimenta habitualmente, como un sentimiento muy fuerte y devastador, podemos hablar de culpa patológica.



Existen trastornos psíquicos caracterizados por la presencia de un sentimiento de culpa. Uno de los más comunes es la depresión. Una persona en este estado tiende a culparse constantemente, incluso sintiéndose culpable de estar deprimida y no sentirse tan bien como los demás.

La culpa patológica también está presente en los trastornos obsesivo-compulsivos, fobias y adicciones. En estos casos, la culpa actúa como parte del problema. Este no es un sentimiento saludable de culpa que lleva a reparar el daño o cambiar el comportamiento. Funciona más como un factor omnipresente de retribución emocional que, por lo general, exacerba el problema central.

Los rostros de la culpa

A veces el sentimiento de culpa viene disfrazado. No se trata del típico escozor de conciencia tras una acción o frase que consideramos reprochable. Está, por ejemplo, el sentimiento de culpa traumático, uno de los rostros que asume la culpa patológica.

Su mecanismo funciona así: una persona es víctima de una arbitrariedad, un abuso o un hecho extremadamente doloroso y fortuito. El impacto emocional es muy alto. Entonces toma forma lo que se llama "trauma". Aunque la persona es víctima de la circunstancia, desarrolla un sentimiento de culpa. Este es uno de los efectos del trauma. En este caso, surge un sentimiento patológico de culpa.

De igual forma, existen casos en los que la persona llega a sentirse culpable simplemente por imaginar el daño, una acción que nunca pondría en práctica. No debe haber arrepentimiento, ya que no se ha causado ningún daño. Sin embargo, si la moral o el superyó de esta persona son extremadamente restrictivos, interpretará la realidad como si realmente hubiera hecho algo malo.



Superar el sentimiento patológico de culpa

La culpa patológica puede tener un gran impacto. Poco a poco nos pide la cuenta y se filtra en las diferentes capas de la vida. Socava la autoestima, es en sí mismo un producto de la baja autoestima.. Por ejemplo, los que tienen poco amor propio creen que siempre tienen que complacer a los demás y si no pueden, se sienten culpables.


En estos casos es necesario implementar un proceso que te permita abrir tu mente y ver todo desde otra perspectiva. Es importante reflexionar sobre el significado del propio sistema de valores, reglas y creencias. Sobre todo, evaluar su razón de ser, su lógica. La mayoría de las veces son reglas demasiado estrictas que realmente no nos hacen mejores personas o miembros de la sociedad. Tienen la única función de atormentarnos.


En muchos casos será necesario salir de esta dinámica con la ayuda de un psicoterapeuta. La culpa puede tener raíces tan profundas que es difícil abordarla sin ayuda. Sin embargo, vale la pena hacer un esfuerzo para deshacerse de él. Es una fuerza que a veces se vuelve abrumadora, capaz de arruinar nuestras vidas.

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