La cobardía nos envejece más que el tiempo

La cobardía nos envejece más que el tiempo

La cobardía nos envejece más que el tiempo

Última actualización: 09 de diciembre de 2016

La cobardía envejece más que los años contenidos en las arrugas de un rostro. Sueños destrozados por falta de decisión pesan más de un siglo encerrados en una mirada y en una boca que amó cuando tuvo la oportunidad. Los que no lo han intentado cuando por miedo o por orgullo pudieron sentir un vacío en el alma, una espina en el corazón.



Hablemos de oportunidades perdidas. Un aspecto curioso que nos repiten a menudo es el de “todos los días pasan trenes para quien sabe esperar” o “las oportunidades vuelven para quien vuelve a salir a buscarlas”. Sin embargo, también debemos ser conscientes de que hay ciertas cosas para las que no existen segundas oportunidades.

La cobardía, la falta de coraje o el miedo son factores importantes que ponen cuerdas en nuestros pies y cadenas en nuestra mente. Sin embargo, en lugar de quejarnos de experiencias no vividas por indecisión, es necesario ver nuestra línea de tiempo de otra manera. No hay principio ni fin. Hay un continuum y nuevos comienzos que debemos ser capaces de integrar y fomentar con un enfoque psicológico adecuado.  

Te sugerimos que los aprendas con nosotros en este artículo.

Si fue cobardía, ahora es parte del pasado: hay que seguir adelante

Tal vez fue cobardía. Quizá el orgullo nos ha cegado demasiado frente a ese amor y, ahora, nos quedamos sólo con las ganas, el dolor y el arrepentimiento. Quizá fuera miedo, un miedo profundo a arrancarnos las raíces, a superar nuestros límites para emprender nuevos proyectos, nuevas vidas que nos hubieran hecho más felices. Quizás…


Sin embargo, lejos de caer en una especie de melancolía obsesiva del tipo "¿Qué hubiera sido de mi vida si...", es necesario reestructurar este punto de vista de manera más completa. El "síndrome del tren perdido" ha golpeado o golpeará a todos tarde o temprano. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los modelos mentales y las derivas emocionales ancladas en el ayer condicionan irremediablemente la calidad de nuestro presente.


En un interesante artículo publicado en el American Journal of Psychology, titulado "Nostalgia: retraimiento o apoyo en tiempos difíciles", explica que los acontecimientos pasados, las decepciones o incluso los trenes que se dejan escapar por la indecisión actúan en muchas personas como "modelos inconscientes". Nos determinan, limitan nuestro presente y condicionan irremediablemente nuestro futuro.

No conviene, hay que avanzar con confianza y sabiduría.


  • Si lo visualizamos por un momento, entenderemos la magia de la idea. Para avanzar con mayor facilidad, es necesario cerrar con valentía cada círculo de nuestra vida. El siguiente paso en esta cadena comienza con un nuevo círculo en el que somos los creadores de lo que queremos agregarle.
    • Sé consciente de hay cosas a las que tenemos que renunciar. En los círculos anteriores hay gente que no volverá, así como proyectos que no podemos emprender. Sin embargo, se abre ante nosotros un nuevo lienzo que merece aprovechar lo vivido, visto y experimentado.  

    La cobardía se quedó para siempre en esos círculos del pasado. Ahora eres una persona nueva que se ha permitido crecer, que está a gusto consigo misma y que, lo creas o no, está en movimiento, sigue transformándose en algo maravilloso si quiere y se lo permite. Vale la pena intentarlo.


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