La bondad protege el cerebro.

La bondad protege el cerebro.

La bondad protege el cerebro.

Última actualización: 11 octubre, 2017

No es fácil definir la bondad. Está conectado con la empatía y la solidaridad, pero no se limita a eso. No es solo una característica, también es un valor humano.. Esto quiere decir que es más que una capacidad, porque se enriquece con una decisión ética.

La bondad se define en el diccionario como una inclinación a hacer el bien. El problema es que "bueno" es un concepto relativo. Un significado más preciso sería decir que la bondad es la capacidad de sentir compasión. En otras palabras, sentir el sufrimiento de los demás como propio y esforzarse por remediarlo.



“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontraremos el nuestro”.

-Platón-

Esta hermosa virtud no solo se aplica a otros seres humanos. La bondad también se expresa con todos los seres vivos. y lo que no está vivo, si lo consideramos como un esfuerzo por conservar lo que existe tal como existe. Hay bondad, por tanto, en un cuadro o en una piedra colocada en un camino.

La bondad es una virtud superior porque implica muchas otras. Entre ellos, el amor, el respeto, la fraternidad, la generosidad y muchos otros. Por lo tanto, requiere una gran madurez espiritual y mental. Gracias a los diversos estudios se ha podido comprobar que se trata de una capacidad localizable en el cerebro y que constituye la base de una calidad de vida significativa.

El área cerebral de la bondad

Un grupo de científicos de la Universidad de Oxford y el University College London han localizado el área del cerebro que parece estar relacionada con la bondad. El equipo, dirigido por la Dra. Patricia Lockwood, trabajó con un grupo de voluntarios. Se les pidió que verificaran qué símbolos podrían ser beneficiosos para ellos y cuáles podrían representarlo para otras personas.



Mientras los voluntarios realizaban esta tarea, sus cerebros fueron monitoreados a través de resonancias magnéticas. El experimento reveló que los sujetos sopesaron y evaluaron cómo los símbolos podrían ayudar a otras personas. Siempre tenían que determinar si cada símbolo era útil solo para ellos o también para los demás.

Cuando cada voluntario descubrió cómo el símbolo ayudaría a otros, solo se activó un área del cerebro: la corteza cingulada anterior.

Sin embargo, la bondad no solo depende de la función cerebral. Hay que recordar, en efecto, que este maravilloso órgano tiene una enorme plasticidad y son las experiencias y los comportamientos los que marcan su funcionamiento.

La bondad protege el cerebro.

El neuropsicólogo Richard Davidson realizó una investigación para la Universidad de Winsconsin. Lo hizo tras un viaje a la India: en 1992 conoció al Dalai Lama, quien le hizo una pregunta que impactó al investigador: “Admiro tu trabajo, pero creo que estás muy centrado en el estrés, la ansiedad y la depresión. ¿Has pensado alguna vez en centrar tus estudios neurocientíficos en el amor, la ternura y la compasión?"..

Richard Davidson ha realizado varios estudios basados ​​en esta pregunta. Encontró, por ejemplo, que algunas estructuras cerebrales pueden cambiar en tan solo dos horas y que una mente tranquila genera bienestar general. Y para llegar a una mente tranquila, se necesitan sólo dos horas de meditación, tiempo medido científicamente en su laboratorio.


Posteriormente, descubrió que los circuitos neuronales asociados con la empatía difieren de los asociados con la compasión. Para llegar a la compasión, otra forma de bondad, es necesario transitar por el camino de la sensibilidad, la simpatía y la empatía. En un nivel superior, se encontraría la compasión. Es un paso más en la capacidad de percibir, sentir y comprender el sufrimiento de los demás. Presupone una respuesta al sufrimiento de los demás.


Davidson también descubrió que el amor y la ternura aumentan el bienestar en varias áreas de la vida. En un estudio realizado con niños y adolescentes se destacaron los diferentes campos cerebrales que se activaban cuando se les enseñaba a ser más compasivos y tiernos. Como resultado, todos mostraron un mejor rendimiento académico y una mejor salud. La capacidad de ser compasivo se puede entrenar. La bondad es el resultado de un profundo trabajo interior.


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