La bondad no necesita manuales, surge espontáneamente

La bondad no necesita manuales, surge espontáneamente

La bondad no necesita manuales, surge espontáneamente

Última actualización: 07 septiembre, 2016

Te habrás preguntado qué manual usan las buenas personas, qué leen y dónde aprenden a tener esa bondad de ánimo, esa luz que las ilumina y que potencia sus virtudes, ya que parece que su capacidad de escucha y sus modos son diferentes a los de muchos otros.

En realidad, las buenas personas desconocen el inmenso bien que siembran a su alrededor y en ocasiones pueden llegar a sentir desánimo debido a su extrema la sensibilidad, cualidad imprescindible hoy en día.



Son personas que tienen muchas dudas y que a veces se atormentan preguntándose si lo están haciendo bien o mal. Su forma de ser es tan pura y sincera que son lo que ves, sin máscaras, lo que provoca que también son un blanco fácil para los ataques.

"El único signo de superioridad que conozco es la bondad".

-Ludwing Van Beethoven-

Cualquier reflexión sobre nuestro comportamiento es positiva, pero algunas personas no necesitan manuales ni grandes modelos para hacer el bien allá donde van: éste es el sentido más auténtico del bien, que es siempre espontáneo y nunca artificial. Fluye por sí mismo como una virtud natural, nunca se impone a base de dogmas o normas.

https://www.youtube.com/watch?v=InIBuIrgfOE

La bondad no se lee, solo se pone en práctica

Todos los niños tienen un alma pura que necesita adaptarse al medio que les rodea, con más o menos paciencia. Nuestro carácter, nuestra biología y el contexto en el que crecemos nos hacen a todos diferentes. Como argumentó Rousseau, “el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe”. Tal vez no estaba del todo equivocado.



"Verás que los males del hombre son fruto de su elección, y que busca la fuente del bien lejos de sí mismo, cuando en realidad lo lleva en el corazón".

-Pitágoras-

Esta bondad innata se puede observar en niños que pueden contar con un desarrollo positivo. El niño que hace participar en el juego a sus compañeros, que intenta curar a un pájaro herido y que regala abrazos y sonrisas a todos. Un niño muchas veces inquieto, pero que siempre transmite pasión y alegría.

Cuando la educación anula nuestras virtudes

Los altos niveles de violencia que se dan en nuestra sociedad deben hacernos reflexionar y preguntarnos qué estamos haciendo mal en la educación de nuestros hijos, ya que esa bondad innata y espontánea se convierte en amargura, frustración y violencia. ¿Qué modelos espirituales y sociales les estamos inculcando si, llegado a un determinado momento de su desarrollo, no desean establecer vínculos afectivos, sino sólo enfrentamientos y competiciones?

https://www.youtube.com/watch?v=4zGd5J9H1pE

¿Qué podemos hacer para alimentar la bondad natural?

No existen estrategias ni programas personalizados para aumentar la bondad en un niño, ya que bastaría simplemente con no inculcarle modelos educativos contraproducentes para verlo hacer buenas obras. Sin embargo, siempre hay algunas formas de alimentar la nobleza de la mente:

  • Eliminar la culpa de nuestro sistema educativo: La culpa no solo es un mecanismo inútil, sino también extremadamente tóxico para una persona. Cuando hacemos que alguien se sienta culpable, pensando que lo castigaremos y que aprenderá a no repetir el error, le hacemos creer que su error lo representa. Le estamos diciendo de alguna manera que es una mala persona, y esta certeza la llevará a actuar en consecuencia en otras ocasiones.
  • Deja de juzgar: no somos el grillo parlante de nadie. Las personas son libres de elegir su propio camino y tomar las decisiones que quieran, e incluso los niños tienen su propia individualidad y carácter. En lugar de educarlos para la obediencia, debemos aceptar incondicionalmente el carácter de cada niño que nos rodea. No son seres programados para suplir nuestras carencias para ser un arma contra otros adultos o para solucionar nuestras frustraciones.
  • Establecer límites: el sentido cívico y la buena educación no son un mecanismo de represión, sino de libertad. Respetar a los demás significa saber cuáles son nuestros derechos y deberes, qué me gusta hacer y qué les gusta a los demás, y cuál es la línea que separa cada una de estas cosas.
  • Fomentar el contacto con la naturaleza y los animales: la naturaleza nos ofrece calma, y ​​los animales amor incondicional. Estas dos virtudes son la base de todo desarrollo humano, porque es la tranquilidad la que nos permite escuchar los puntos de vista de los demás y desarrollar la empatía.

Lo mejor que podemos hacer para encontrar la bondad dentro de nosotros, por lo tanto, es dejar de preguntarnos qué es lo que está mal en nosotros. Ser buenas personas a veces es tan simple como dejar de dudar de nosotros mismos, para empezar a cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.. No caigas en el forzamiento y no busques un guía que te diga lo que debes hacer porque, como hemos indicado, la verdadera bondad es siempre espontánea y nunca una imitación.



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