La amargura de los amores imposibles o contrarios

La amargura de los amores imposibles o contrarios

La amargura de los amores imposibles o contrarios

Última actualización: 16 de junio de 2016

¿Quién no ha tenido nunca uno de esos amores imposibles que sólo existen dentro de nosotros? Preciosos e idealizados, pueden hacerse de porcelana y desmoronarse en un instante. Y sabemos que lo más probable es que nunca se realicen. Menos frecuente, en cambio, es el caso de los amores “contrapuestos”, es decir, aquellos que han sido pagados pero que, por distintas circunstancias de la vida, no nos permiten disfrutar.



Muchas veces en el lenguaje cotidiano confundimos estas dos situaciones y decimos que todas son “amores imposibles”, pero la verdad es que no es lo mismo. Se trata de dos tipos de amor que tienen características diferentes y que tienen que ver con emociones y circunstancias que van más allá del mero sentimiento de amor, como veremos.

La amargura de los amores imposibles

El primer tipo de amor que nos duele es el amor imposible: el amor que podemos sentir por alguien, pero que no es correspondido. ¿Por qué realmente se puede definir como imposible? debe ser un amor que nunca podrá ser correspondido, porque esa persona no tiene los mismos sentimientos que nosotros.

“Lo que tanto gen llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella. Ellos lo eligen, lo juras, lo he visto hacer. Como si pudieras elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te rompe los huesos y te deja como un palo en medio del patio”.

-J. Cortázar-

En estos casos se acostumbra decir que la persona de la que nos enamoramos es la única capaz de hacernos sentir dos estados emocionales completamente diferentes: la vemos como la que puede darnos toda la felicidad que necesitamos y, al mismo tiempo, como la que nos la quita, porque esa felicidad sólo llegaría realmente si el amor fuera recíproco.



Los amores imposibles traen consigo un sentimiento constante de malestar y tristeza: no podemos evitar sentir lo que sentimos, pero no podemos expresarlo como nos gustaría. Y, por eso mismo, el dolor se intensifica cuando imaginamos cómo sería si nuestro amor fuera mutuo.

La amargura de los amores "desengañados"

En una línea paralela a los amores imposibles, están aquellos amores que el escritor Gabriel García Márquez definió como "amores decepcionados" en su novela El amor en los tiempos del cólera. En este caso se refería a ese sentimiento que nos duele aunque sea correspondido, pues por circunstancias ajenas a los amantes, difícilmente se concretará.

En otras palabras, el amor descontento es un amor perfecto que probablemente nunca se hará realidad, por las más diversas razones: incompatibilidad, presiones familiares, amistades que no queremos arruinar, miedo a la dependencia emocional, etc. Es un amor trágico, como el de Romeo y Julieta.

"Era inevitable: el olor a almendras amargas siempre le recordaba el destino de los amores decepcionados".

-Gabriel García Márquez-

Se dice que este amor es el peor de todos, porque quien ama se sentirá profundamente frustrado y pensará "yo lo quiero, nosotros lo queremos, pero no podemos". Ambos amantes saben que la otra persona es la única que puede comprenderlos y completarlos, el único que los ama por lo que son.. Pero aún, ninguno de los dos protagonistas de este amor puede encontrar la manera de sortear los obstáculos.

Los amores disgustados se caracterizan sobre todo por la sensación de impotencia, que se convierte en sufrimiento por ambas partes. Saben que “por mí, por ti, por las circunstancias” sus caminos se han cruzado, pero les será difícil unirse.



La diferencia del amor platónico.

Como hemos visto, si el amor no es correspondido o no se puede realizar, siempre será un amor amargo. Pero que pasa con los amores que no pasan de la idealización? Hablamos de los amores platónicos, que queremos mencionar para diferenciarlos de las otras dos categorías.

Incluso estos amores no entran en el mundo del Día de San Valentín porque, a diferencia de los amores imposibles o contrarios, no son del todo reales. Así es: quedan confinados al mundo de la imaginación, no son amores verdaderos porque ni siquiera duelen.


"Quien retiene la capacidad de ver la belleza nunca envejece".

-Kafka-

A diferencia de lo que solemos creer, el amor "platónico" se asocia a la belleza y no a un sentimiento no correspondido. De hecho, para Platón el amor estaba asociado con un impulso que nos lleva a conocer la esencia de la belleza y que podemos encontrar en otra persona, pero no con el impulso que nos lleva hacia ella.

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