Imitar el modelo educativo de los padres

Imitar el modelo educativo de los padres

Muchas veces, sin darnos cuenta, actuamos con nuestros hijos como lo hicieron nuestros padres con nosotros. Para romper el ciclo, necesitamos educarnos y aplicar una crianza consciente.

Imitar el modelo educativo de los padres

Última actualización: 13 de abril de 2022

Seguro que más de una vez te ha pasado decir palabras que no nos convienen en absoluto. "¿De dónde vino?" nos preguntamos. Y pronto nos damos cuenta de que esas son las palabras que habría dicho nuestra madre o nuestro padre. Es muy fácil imitar el modelo educativo de los padres, es decir, con el que nos criamos.



Nuestros padres fueron nuestros primeros modelos a seguir y las primeras personas con las que interactuamos. Sin duda su personalidad y su estilo educativo nos han impactado y, en mayor o menor medida, han quedado en nuestro inconsciente.

Por eso, cuando nos convertimos en padres a su vez, podemos encontrarnos repitiendo los mismos patrones, especialmente en momentos de estrés que de alguna manera activan viejos desencadenantes.

¿Por qué existe una tendencia a imitar el modelo educativo de los padres?

eso es lo que sabemos

En muchos casos es la familiaridad la que nos lleva a adoptar un estilo educativo similar al que nuestros padres tenían con nosotros. Convertirse en padre es un desafío al que nunca antes nos habíamos enfrentado. Y las principales referencias sobre el tema son nuestros recuerdos.

Muchas veces desconocemos otros estilos educativos, por lo que nuestras reacciones dependen de lo que interiorizamos de la educación impartida.

Si queremos que el bebé se duerma, le cantaremos la misma canción de cuna que nos cantaban nuestros padres. Y cuando tenga una rabieta, nuestro primer impulso será imitar lo que han visto hacer nuestros padres.



Creemos que es correcto

La segunda opción es que hemos investigado, leído y encontrado otros estilos de crianza y sin embargo el que los padres adoptaron con nosotros nos parece el más adecuado.

Después de pensarlo seriamente, tal vez hayamos decidido imitar su modelo educativo porque es coherente con los valores que queremos transmitir a nuestros hijos.

Podríamos recordar nuestra infancia como una época agradable y considera que nuestros padres hicieron un gran trabajo. Si nos han brindado la atención, el cariño, el apoyo y las herramientas para volvernos fuertes y capaces, tiene sentido querer seguir sus pasos.

Imitar el estilo educativo de los padres sin saberlo

La última posibilidad (y la que refleja la mayoría de los casos) es que no seamos conscientes de que estamos imitando el estilo educativo de nuestros padres.

Después de analizar la infancia de uno y las acciones de los padres durante esta fase, uno decide que quiere actuar de una manera completamente diferente. Sus propios principios morales no se corresponden con el modelo educativo adoptado por los padres y tratamos de hacerlo diferente.

Sin embargo, es imposible tener siempre un control estricto sobre nuestras acciones y emociones. Bajo ciertas circunstancias, especialmente cuando nos sentimos abrumados, es fácil encontrarnos en repetir esa actitud que tanto nos dolía o nos enfurecía.

Después de una fría reflexión, sentiremos lo que ha sucedido y comenzaremos a sentirnos culpables. Sin embargo, debemos tratar de ser indulgentes con nosotros mismos, ya que los patrones adquiridos en la infancia están profundamente arraigados y actúan como un resorte en muchas ocasiones. Lo importante es saber cómo remediarlo.


¿Cómo dejar de imitar el estilo educativo de los padres?

A excepción del segundo caso presentado, que es cuando se opta conscientemente por imitar el estilo educativo de los padres, en los otros dos es necesario intervenir.


Criar a un hijo es una tarea compleja y muy importante, por lo que hay que ser responsable. No podemos elegir el estilo educativo que se considera más adecuado si solo conocemos el adoptado por nuestros padres. Para evitar esto, por lo tanto, descubra, lea, explore otras opciones. Una elección es libre sólo cuando está informada.


Por el contrario, si hemos decidido tomar otro camino, pero seguimos imitando el estilo educativo de nuestros padres, quizás no tengamos alternativas en nuestro repertorio conductual.

En estos casos, tratamos de identificar situaciones que nos abruman y nos hacen perder el control para planificar con antelación cómo queremos reaccionar. Tener clara tu conducta te ayudará a manejar mejor cualquier situación.

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