Hacer el amor digno de alegría

Hacer el amor digno de alegría

Hacer el amor digno de alegría

Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.

Última actualización: 05 de diciembre de 2022

El amor puede florecer a cualquier edad y bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, seamos claros, no todos los amores son positivos. Los que hieren, los que se quedan sin aliento, se cortan las alas y se hunden en la miseria no lo son. En cambio, todo debe hacerse para que el amor sea digno de alegría..


Nadie viene al mundo como un gurú de las relaciones. Sufrimos, lloramos, reímos y aprendemos. Porque conocemos nuestras emociones más intensas, esas que nos hacen sentir mal pero a la vez nos enriquecen como almas sabias de corazón abierto.


El amor es una aventura y un salto al vacío. Arriesgar siempre valdrá la pena si tenemos el paracaídas de la autoestima y la madurez para saber poner límites y prioridades. Y la prioridad es siempre sinónimo de felicidad. Tu propia felicidad.

Cómo hacer que el amor sea digno de alegría y no de dolor

No existe una fórmula mágica única para todos. Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia historia, con necesidades, valores y una forma diferente de entender las relaciones personales.

Ya que todos queremos ser felices y no sufrir, debemos tener siempre presentes estos interesantes pilares que pueden servirnos de guía.

 

1. No idealices a la otra persona

Es común describir a la pareja como la persona ideal; el único que entiende cómo nos sentimos simplemente con mirarnos, capaz de hacernos reír y soñar. En definitiva, un ser perfecto.

Puede que sea así, la persona puede presumir de grandes virtudes, pero no debemos cometer el error de mirar el mundo a través de unos anteojos empañados.


El amor nos desborda y nos inflama, a veces nos hace volver a los 15 sin pensar que lo que realmente hacemos es proyectar nuestros deseos y necesidades en la pareja.


No es necesario idealizar, sino observar al amado en toda su realidad, en toda su complejidad con sus virtudes y también con sus defectos. Los que sin duda tenemos también.

Después de todo, el amor es el desafío de unir a dos personas imperfectas para formar una relación perfecta. Te aseguramos que el esfuerzo merece la pena.

2. No des todo por nada

¿Qué seríamos capaces de hacer por amor? ¿Dejaríamos a nuestra familia? ¿Cambiaríamos de ciudad? ¿Ignoraríamos a los amigos? ¿Priorizaríamos las necesidades del socio? ¿Dejaríamos de lado nuestros valores por la persona que ahora llena nuestro corazón? Pensamos objetivamente.

El amor no es ofrecer todo por nada. Las relaciones afectivas son un intercambio continuo donde ambos ganan y nadie pierde; no es un juego de fuerzas, sino un equilibrio de riquezas y descubrimientos, esfuerzos mutuos y concesiones negociadas.

3. Amar sin poseer

En el momento en que aparecen los primeros muros en la relación, empezamos a quedarnos sin aire. Si el compañero prohíbe, instiga, si en su lenguaje aparecen chantajes, victimizaciones, reproches y ultimátums, el amor trae dolores y no alegrías.

El amor dependiente no es ni maduro ni consciente. Es un amor egoísta que antepone las necesidades y los miedos de uno.

4. Haz que el amor valga la pena empezando por ti mismo

¿Es egoísta quererse a uno mismo? De nada. Hay quienes se pasan toda la vida esperando a la persona perfecta, la persona ideal, saltando de relación en relación sin encontrar nunca a esa pareja ideal. Esto sucede por las siguientes razones:


  • No debes buscar a una persona que llene tus vacíos o alivie tus miedos. Primero debemos convertirnos en esa "persona ideal", esa persona madura, equilibrada y segura de sí misma con la que todos, incluidos nosotros mismos, merecemos estar.
  • Si no nos amamos, pasaremos toda nuestra vida esperando que otros nos amen y satisfagan nuestras necesidades. No debemos obligar a nadie a resolver nuestros problemas, nuestras carencias o curar nuestras heridas. No podemos obligar a nadie a que nos ame. incondicionalmente si no nos amamos primero.
  • Los que se aman y se respetan no temen tu soledad, por tanto, se puede ofrecer un amor más completo, más sabio y más maduro. Un amor que te llenará de alegrías y no de dolor.

Conclusiones

Es posible hacer el amor digno de alegría si te ofreces con madurez e integridad sin pedir nada a cambio. Una relación capaz de enriquecer sin chantajes se compone de dos personas que se complementan para hacer de la vida una hermosa aventura llena de felicidad y para aprender de cada día.


Imagen cortesía: David Renshaw

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