Fortalezas personales: brillar desde dentro

Fortalezas personales: brillar desde dentro

El primer paso para brillar con luz propia es reconocer tus fortalezas. ¿Sabes cuáles son los tuyos?

Fortalezas personales: brillar desde dentro

Última actualización: 02 de abril de 2021

A veces estamos tan concentrados en lo que sucede a nuestro alrededor que olvidamos que somos los únicos protagonistas de nuestra historia. Para reconocer nuestro verdadero valor, primero debemos aprender a identificar y trabajar nuestras fortalezas. personal.


Conocer tus capacidades y aprender a expresarlas al máximo es fundamental para vivir bien. Cada uno de nosotros tiene fortalezas que podemos aplicar a las esferas física, emocional, social y espiritual. Los beneficios serán inmensos en varios aspectos.


Depende de esta capacidad nuestra. el sentido que le damos a nuestra vida, la cantidad de emociones y relaciones positivas que tenemos, la calidad de nuestros objetivos y nuestras metas. Todo esto en conjunto representa el mapa de nuestra realidad, nuestros estados de ánimo y la percepción de satisfacción que nos da la vida. Trabajar en sus fortalezas personales le permite expandir esta red y crecer.

Ampliar nuestras vidas

Algunos estudios confirman que las técnicas se centran en reconocer las propias fortalezas y corregir las deficiencias. afecta positivamente el nivel de autoestima, autoconcepto, logro de metas, en la resiliencia e incluso en la salud física.

No cabe duda: la fortaleza del carácter de una persona es el camino adecuado para alcanzar metas positivas, resumidas en lo que, al fin y al cabo, aspira cada uno de nosotros: la percepción del bienestar.

Como humanos, tendemos a seguir un patrón de pensamiento que nos lleva a sentirnos más afectados por eventos negativos que los positivos. Lo hacemos automáticamente: las emociones y experiencias negativas nos persiguen de forma casi cruel.



Esforzarse por consolidar sus puntos fuertes ayuda a equilibrar esta ecuación. Las experiencias negativas son inevitables en el curso de la vida; de hecho, son necesarios porque nos permiten aprender, encontrar nuevas motivaciones e implementar diferentes estrategias. Todo esto contribuye a hacernos crecer.

Cambiando la cara de lo negativo

En ningún caso las experiencias negativas vividas definen quiénes somos. Son nuestras fortalezas personales las que pueden guiarnos para superar las dificultades, recordándonos que tenemos todas las habilidades para enfrentar incluso las situaciones más difíciles.

Trabajar en tu fortaleza personal nos ayuda a gestionar y controlar situaciones críticas. Se trata de técnicas muy relacionadas con la gestión del estrés, capaces de reforzar nuestras defensas a expensas de la depresión.

¿Por dónde empezar a identificar las fortalezas personales?

Poder contar con esta fuerza interior nos da la seguridad necesaria tolerar mucho mejor las incertidumbres o los riesgos. Pero, ¿por dónde empezar?

El pasado siempre es un buen punto de partida, preguntándonos cómo hemos superado viejos obstáculos. También es fundamental analizar las alternativas que tenemos por delante; muchas veces podemos tomar diferentes caminos para llegar a un mismo objetivo, pero solo uno se adapta mejor a nuestra fortaleza personal.

Por otro lado, es importante aclarar la diferencia entre fuerza y ​​talento. Desde un punto de vista etimológico, el talento es una predisposición innata, mientras que la fuerza depende de la relajación y el aprendizaje.

Las 24 fortalezas personales según Seligman

Martin Seligman nos ofrece un inventario de fortalezas personales con el VIA Inventory of Strength, que mide el grado de cada una de las 24 fortalezas, organizadas según 6 virtudes o categorías:



  • Sabiduría y conocimiento: contempla fortalezas como la creatividad, la curiosidad, la apertura mental, el deseo de aprender y la perspectiva.
  • Coraje: las características vinculadas al logro de las metas, tales como el valor, la persistencia, la integridad y la vitalidad.
  • Humanidad: incluye conceptos como el amor, la bondad y la inteligencia social.
  • Justicia: son las fortalezas puramente civiles, como el sentido cívico, la justicia y el liderazgo.
  • Moderación: nos protege de los excesos, como el perdón o la compasión, la humildad y la modestia, la prudencia, la discreción y la autorregulación.
  • Trascendencia: son las características que dan sentido a la vida, incluyendo la apreciación de la belleza, la excelencia, la gratitud, el sentido del humor, la esperanza y la espiritualidad.

Cada uno de nosotros tiene cinco fortalezas que lo caracterizan. El propósito de la catalogación de Seligman es ayudarnos a analizar nuestras fortalezas para reconocerlas primero y luego desarrollarlas y amplificarlas. De ello dependerá nuestra propia felicidad y la capacidad de brillar con luz propia.


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