Esponjas emocionales: sentir todo intensamente

Esponjas emocionales: sentir todo intensamente

¿Creéis que sois personas muy empáticas y que esta habilidad a veces os causa demasiado sufrimiento? Si es así, este artículo es para usted.

Esponjas emocionales: sentir todo intensamente

Última actualización: 26 de mayo de 2020

Algunas personas son muy sensibles por carácter y otras, bajo ciertas circunstancias, se vuelven demasiado perceptivas y vulnerables. En ambos casos hay un efecto que hace que se comporten como esponjas emocionales, es decir, tener la propiedad de absorber fácilmente las emociones del entorno.



Aunque, en principio, la condición de "esponjas emocionales" ofrece cierta ventaja sobre los demás, una alta capacidad de percepción también es un factor que puede resultar en una sobrecarga emocional. No es raro, por tanto, ser constantemente víctima de estrés y tensión difíciles de disolver. 

Ser una esponja emocional puede significar sentirse abrumado fácilmente. Lo que puede parecer una fortaleza, por tanto, se convierte en un lastre.

Hay otro inconveniente: mostrar demasiado la empatía y la receptividad nos llevan a convertirnos en un blanco fácil del estrés emocional de los demás. 

Los investigadores que compararon a los alumnos de la escuela primaria de Shanghái con los alumnos canadienses descubrieron que en China los niños más callados y sensibles se encuentran entre los más respetados por sus compañeros, mientras que en Canadá ocurre lo contrario.

–Elaine Aron–

Personas esponjas emocionales

Las esponjas emocionales tienen algunas características específicas. En general, son buenos para sentir el estado de ánimo de los demás, pero también son sensibles a la atmósfera de un grupo. Las principales peculiaridades de las personas altamente sensibles son:

  • Intuición. No necesitan palabras para entender si el otro se siente bien o mal. Lo recogen fácilmente.
  • Exceso de empatía. No solo son capaces de ponerse en la piel de los demás, sino que lo hacen en exceso. En otras palabras, tienden a hacer suyas las emociones de los demás.
  • Sentirse responsable del bienestar de los demás. Piensan que necesitan ayudar a otros cuando tienen dolor. Se enojan consigo mismos si no lo hacen.
  • Buscan soluciones. Su excesiva empatía y abrazar el dolor de los demás les lleva a invertir gran parte de su tiempo en idear soluciones a los problemas de los demás.
  • Están abrumados por las emociones (que no son las suyas). Para las personas esponja emocional, es más difícil mantenerse en contacto con sus emociones. Literalmente se apropian de las emociones negativas de los demás.
  • Atraen a las personas tóxicas. Son fácilmente asediados por personas llenas de problemas o que tienden a explotar emocionalmente a los demás.
  • Ponen a los demás primero. Se comportan como si tuvieran una misión: renunciar a su propio bienestar en favor del de los demás.

Peso excesivo

Las personas esponjas emocionales terminan lastimándose con sus propias manos por su exceso de sensibilidad, empatía y solidaridad. Generalmente, ya están acostumbrados a asumir los problemas de los demás, incluidos los padres, como niños. Se espera que entiendan, que ayuden, simplemente porque les resulta fácil, teniendo una predisposición natural.



El problema es que sin saberlo acaban olvidándose de sí mismos; la mayoría de las veces impulsadas por las necesidades egoístas de quienes las usan y las buscan por necesidad.


De esta forma, la hipersensibilidad y la enorme empatía les llevan a aceptar el papel de "reguladores emocionales" externos. El costo puede ser muy alto: volverse invisible para uno mismo, convertirse en víctimas potenciales de abuso emocional.

Absorber neurosis

Una persona muy sensible puede nublar su identidad debido a la enorme influencia que los demás tienen sobre sus emociones. Una madre acusa a su hija de ser insensible porque no la llama a menudo.

Sin embargo, si observamos más de cerca la situación, quizás las posiciones se inviertan. Quizás es la madre que es insensible a su hija, que la culpa por sus propias limitaciones. Este comportamiento responde a una mecanismo de defensa llamado identificación proyectiva.


¿Cómo actuar en este caso? Lo primero que puede hacer una persona esponja emocional es ser consciente de la tendencia de uno a convertirse en víctima de un comportamiento tóxico. En segundo lugar, tendrá que aprender a gestionar el sentimiento de culpa dirigiéndolo y evitando que tome el mando de sus actos.

La solución pasa también por aprender a valorar tus sentimientos, poniendo límites donde sea necesario.

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