Encuentra el coraje para decir adiós para crecer

Encuentra el coraje para decir adiós para crecer

Encuentra el coraje para decir adiós para crecer

Última actualización: 01 de febrero de 2016

¿Cuántas veces te ha obligado la vida a despedirte de alguien? En realidad, no importa cuántas veces hayas hecho esto, pero es fundamental entender que en el transcurso de nuestra vida es necesario romper más de un lazo, aunque nos pueda hacer sufrir.

Decir adiós significa crecer, nos permite reencontrarnos cuando, por una u otra razón, alguien o algo nos estaba alejando de los valores fundamentales de la felicidad y el equilibrio con nosotros mismos.



Me despido porque sé que ya no me necesitas, porque no soy tu prioridad, porque tus vacíos me llenan de carencias y porque, aunque nunca lo hayamos dicho en voz alta, sabemos bien que ya nos despedimos del tiempo. atrás.

Nunca te permitas ser débil y correr detrás de alguien que no te necesita o que ya sabe dónde encontrarte. Si lo hace, sólo se está haciendo daño a sí mismo; estás dañando tu autoestima y, al mismo tiempo, estás dando un gran poder a alguien que tiene en sus manos la llave de tu infelicidad.

Solo tú puedes tener esa llave en tu mano, junto con las riendas de tu vida, y siempre debes ser consciente de en qué vale la pena invertir tiempo, sueños y esperanzas. Decir adiós es un acto de valentía, y la mayor manifestación de amor propio.

Romper el vínculo con aquellos que no nos quieren requiere coraje

Tal vez las cosas fueron más fáciles. Tal vez existió una poción mágica para las desilusiones del amor, para cerrar las puertas del corazón a quienes ya no nos aman e implementar el arte del olvido, como quien arroja una piedra a un río y la ve desaparecer en lo profundo.



Decir adiós requiere valentía, es un acto de voluntad personal para satisfacer una necesidad vital. Es cerrar un círculo en el que nos decimos que ya no nos permitiremos sufrir, porque quien nos da sólo ausencia no merece nuestra presencia.

Pero no hay una despedida inmaculada, que no deje huellas ni cicatrices. Decir adiós muchas veces implica tener que sanar muchos espacios, sanar heridas y dolores de nuestra alma que no siempre el tiempo es capaz de sanar. Aunque día tras día pasemos las páginas del calendario, el tiempo no puede curar nada si no ponemos el nuestro. Para ello vale la pena considerar los siguientes aspectos.

  • Decir adiós a una persona que fue importante para nosotros requiere ante todo entender qué pasó, qué provocó esa separación.
  • Hay que aceptar que, para bien o para mal, ya no nos quieren o que es necesario terminar una relación que ahora nos causa más sufrimiento que felicidad.
  • Romper un vínculo siempre requiere una liberación emocional de cualquier tipo, ya sea a través de lágrimas o palabras.
  • La aceptación llegará poco a poco, lentamente, pero solo cuando nos sintamos bien con nosotros mismos y seguros de haber tomado la decisión correcta.
  • Di adiós sin odio

    Decir adiós sin rencor, odio o desprecio no siempre es fácil. En el momento en que tomamos conciencia de que alguien ya no nos necesita, que ya no nos ama o que nos ofrece un amor envenenado o doloroso, lo que sentimos es un sentimiento de ira y debilidad.


    • Toma eso en consideración todas estas emociones negativas te harán más difícil cerrar ese vínculo. Es una carga emocional que, de alguna manera, sigue manteniéndote encadenado a esa persona.
    • La ira, el odio y el resentimiento dejan huellas en nuestro carácter y emociones. Nos hacen sospechar, y esa ira genera aún más negatividad contra nosotros mismos.

    Libérate de todo, aléjate de los que no te necesitan y de cualquier emoción negativa que te mantenga anclado a los que te han hecho daño. Esto te permitirá avanzar con más ligereza. Si sigues recogiendo piedras por el camino, al final no podrás ni andar por el camino de la vida. Estarás atascado. ¡Liberar!



    Di adiós para volver a ser quien eras y crecer

    Cuando mantenemos una relación disfuncional, que nos hace sufrir, no nos hace ver la verdad y que, en lugar de hacernos crecer, socava nuestro equilibrio personal, lo que en realidad estamos haciendo es alejarnos de nosotros mismos.

    Decir adiós implica emprender un delicado viaje de regreso. Debes sanar tus heridas, cuidarte y tirar del hilo dorado de tu esencia, no solo para recuperar la persona que eras antes, sino también para crear quien quieres ser a partir de hoy.


    Quiero ser una persona capaz de decir adiós y dejarse llevar, para dejar espacio a cosas nuevas. Mejores cosas. Quiero ser quien fui, y aunque soy consciente de que ahora he perdido parte de mi inocencia, esa parte de mí ligada a los que dejé atrás, sé que soy el artífice de mi futuro. Sé que volveré a caminar lleno de nuevas esperanzas, que ya no seré una víctima, sino una persona capaz de aprender de lo vivido para transformarse en lo que quiere ser.

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