Última actualización: 11 agosto 2015
Nos hicieron creer que el "gran amor" solo pasa una vez, generalmente antes de los 30 años. Por otro lado, no nos dijeron que el amor no responde a ningún orden y no llega en un momento preciso.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros tiene un alma gemela y que nuestra vida solo tiene sentido si la conocemos. No nos dijeron que nacemos completos, que no necesitamos de nadie para perfeccionarnos.
Nos hicieron creer en la fórmula "dos en uno": dos personas que piensan igual y actúan igual siempre hacen que las cosas funcionen. No nos dijeron que esto en realidad se llama "aniquilación" y que, solo teniendo una personalidad individual, podemos tener una relación sana. Nos han hecho creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de él deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que las personas bellas y delgadas son más queridas. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, igual para todos, y que quienes la evitan están condenados a permanecer al margen de la vida.
No nos dijeron que fórmulas de este tipo están mal, que nos frustran y alienan y que hay alternativas a ellas.
Nadie les dirá nada de esto, cada uno de ustedes tendrá que averiguarlo por sà mismo. A partir de ese momento, cuando estés suficientemente enamorado de ti mismo, podrás ser feliz y enamorarte de otra persona.
"Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia y el odio se esparcen a la intemperie".
John Lennon
Hemos olvidado nuestro lugar en el mundo. Tenemos miedo de no cumplir las expectativas, de no encontrar el amor de nuestra vida, de no triunfar, de no alcanzar nuestras metas, de no nacer, crecer y reproducirnos.
En última instancia, nos hemos sometido a lo que los demás esperan de nosotros. Hemos llegado a un punto en el que ni nos respetamos ni pensamos en nosotros mismos. Somos incapaces de mostrar la parte más maravillosa que llevamos dentro.
No puedes vivir sin ti
Aprende a decir "me amo" antes de decir "te amo": tu amor se verá fortalecido.
Recuerda que sin ti no puedes hacer nada. No se puede vivir, respirar, sonreÃr, enamorarse,… Este razonamiento, aparentemente tan obvio y sencillo, esconde una premisa fundamental que debe guiar siempre tu vida: cuidarte a ti mismo y, si es necesario, ayudar a los demás a cuidarse. Ellos.
Al ofrecer totalmente nuestra vida y coraje a los demás y su felicidad, poco o nada logramos. Eso no significa que tengamos que preocuparnos por los demás, pero que debemos lograr un equilibrio y no olvides la importancia de enfocarnos en nuestro crecimiento personal.
Las raÃces de nuestro árbol.
“Si el amor fuera un árbol, las raÃces serÃan tu amor propio. Cuanto más te ames a ti mismo, más frutos dará tu árbol a los demás y más durará".
walter riso
Lograr que el cuidado de nosotros mismos se refleje en los demás no es fácil, pero vale la pena. Cuando se trata de amor, siempre hay algo que ganar; para ello, debemos cuidar nuestras raÃces regando nuestro árbol: sólo asà podrá hacerse grande y fuerte.
Cuando se descuida tu "yo" interior, todo lo que te rodea se ve afectado. No puedes permitirte darlo todo a los demás y quedarte vacÃo por dentro, pues hacerlo creará en ti un sentimiento de tristeza insoportable.
Por eso, enamórate de ti mismo ante todo, cuÃdate. Amar la vida para poder amar plenamente y sin adicciones. Tienes que cultivar tu propia felicidad, para luego poder compartirla con los demás. Si amas tu árbol y lo riegas todos los dÃas, sus frutos crecerán sanos y llenos de energÃa positiva.
Imagen principal cortesÃa de AJCass
