El trabajo no nos define

El trabajo no nos define

Somos mucho más que el trabajo que hacemos todos los días. Dejar que nuestra ocupación nos defina puede limitarnos y diluir nuestro verdadero potencial y grandeza interior.

El trabajo no nos define

Última actualización: 24 marzo, 2022

El trabajo no nos define, pero en muchos casos es nuestra carta de presentación. Pensemos en ello por un momento. Cuando alguien nos pregunta "¿Cómo te definirías?", es común comenzar diciendo tu nombre y luego tu ocupación. Pero la verdad es que somos mucho más que nuestro trabajo actual.



El ser humano es tan complejo, variable, voluble, dinámico y en constante crecimiento que recurrir a términos o etiquetas es como poner límites a la propia esencia. Obviamente habrá quienes se sientan definidos casi exclusivamente por su ocupación, porque es gratificante y gratificante.

Sin embargo, todos somos mucho más que ese trabajo que hacemos en promedio 40 horas a la semana. Somos seres que sueñan, criaturas que aman, que leen, que se encantan al mirar al cielo, que aman caminar, que se marcan metas en el horizonte, que muchas veces luchan en silencio… Somos esto y mucho más.

Porque el trabajo no nos define

La sociedad nos inculca la necesidad de ser “alguien”. De hecho, a muchos de nosotros se nos ha enseñado desde pequeños la idea de que en el futuro deberíamos ser “alguien”, como si el mero hecho de ser y existir no fuera suficiente.

Vivimos en un mundo donde las etiquetas lo son todo, y esto a veces nos impone dinámicas poco gratificantes. El trabajo es el estatus que adquieres en la sociedad, pero la verdad es que el mercado laboral es más volátil e incierto que nunca.


De ello se deduce que nuestra identidad también se ve afectada por esta característica, tema que ha sido estudiado durante mucho tiempo por el campo de la psicología. La ciencia lleva mucho tiempo investigando la relación entre el trabajo y la autovisión.


El estudio realizado por la Universidad de Western Australia muestra que las personas tienden a construir su identidad en base al trabajo realizado. Sin embargo, esto está mediado por algunos factores interesantes.

Clasificamos para entender (presuntamente) al otro

El trabajo no nos define, pero seguimos usándolo no solo para definirnos a nosotros mismos, sino también para comprender a los demás. De esta forma, si una persona nos dice que es el director creativo de una empresa de marketing, asumiremos que es creativo, abierto, dinámico, original e incluso divertido.

Sin embargo, incluso nuestro panadero puede tener estas y muchas otras cualidades. E incluso puedes ir más allá, tal vez ese director creativo pierda o deje su trabajo y luego se vaya a trabajar a un supermercado oa la policía.

Esto nos muestra que la mente usa atajos para etiquetar a las personas y poder tratar con ellas basado en estas ideas a menudo mal concebidas. Con este recurso le atribuimos al otro no solo ciertas cualidades, sino también una determinada forma de pensar.

La idea de que el trabajo debe satisfacernos

Muchos de nosotros seguimos alimentando la idea de que necesitamos encontrar trabajo que nos ayude a realizarnos.. Pocas creencias causan tanto sufrimiento.

Puedes tener el trabajo de tus sueños, aunque las condiciones no sean las óptimas; no pagamos el alquiler, los niveles de estrés son altos o con el tiempo descubrimos que no es para nosotros.


Cuando descubrimos que el trabajo, lejos de satisfacernos, nos agota, es común vivir una crisis personal.

Tenemos que ser "alguien" para ganarnos la vida

Todos tenemos una idea: la necesidad de ser "alguien" para ganarse la vida. De esta forma, creemos que los que no estudian no serán nadie mañana. Por otro lado, aquellos que tienen más educación tienen más probabilidades de convertirse en "alguien" en el futuro.



hay que decir que la universidad ya no es el secreto del éxito. Los valores mantenidos no necesariamente cumplen con nuestras expectativas.

Por lo tanto, no faltan los que se creen inútiles. Pero pensemos: ¿valemos menos porque no tenemos el trabajo de nuestros sueños? ¿Merecemos menos si estamos desempleados? La respuesta es no.

El trabajo no nos define

Trabajamos para vivir, pero un trabajo no tiene que ser nuestra vida. No nos define el trabajo, ni la ropa que vestimos ni la costumbre de tomar café o té por las mañanas.

Somos mucho más de lo que hacemos todos los días, porque quizás la próxima semana no lo seremos; aun así, seguiremos siendo los mismos. Único, excepcional y maravilloso.

Para recordar cada día por qué el trabajo no nos define, vale la pena tener en cuenta las siguientes dimensiones:

  • El trabajo no da forma a la identidad. Su identidad está determinada por la forma en que tratamos a amigos, pareja y familia.
  • Las actividades que realizamos en nuestro trabajo representan solo una parte de nuestra vida diaria.
  • La carrera o puesto que ocupamos en una empresa no dice quiénes somos. La vida cambia y de repente podríamos jugar otro papel.

Por último, si bien no menos importante, ninguno es el sueldo que sale a fin de mes. Es cierto que lo necesitamos para vivir, pero esa cifra no dice en absoluto quiénes somos.


En ese ingreso mensual no hay pasiones, beneficios, metas, recuerdos, esperanzas o deseos. Somos demasiado complejos para ser representados por tales etiquetas.

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