El semáforo de la ira es una herramienta que utiliza el principio del semáforo tradicional para enseñar al niño a gestionar sus emociones a través de los colores.
Última actualización: 11 agosto 2019
El semáforo de la ira es una herramienta para ayudar a los niños, normalmente entre 4 y 10 años, a gestionar sus emociones. A esta edad ya eres capaz de reconocer las emociones básicas, pero tienes dificultades para gestionarlas correctamente. Esta técnica psicológica consiste en aplicar el principio del semáforo tradicional para enseñar al niño a gestionar sus emociones, especialmente las negativas.
Cabe destacar que los niños conocen perfectamente el funcionamiento del semáforo y sus colores. El rojo indica que no puedes pasar y que tienes que parar, el amarillo indica que tienes que esperar y el verde que puedes pasar.
Si trasladamos los colores de los semáforos y lo que representan a un arranque de ira o a un capricho, los niños aprenderán a gestionar sus emociones en forma de juego.
¿Cómo puede el niño relacionar el semáforo con las respuestas a sus emociones? Tiene que asociar los colores del semáforo con sus emociones y sus propios comportamientos. En las próximas lÃneas te explicamos qué hace cada color y cuál es la respuesta.
"La autoconciencia significa comprender profundamente las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e impulsos presentes en uno mismo".
-Daniel Goleman-
Autorregulación emocional
¿Por qué es tan importante que los niños aprendan a autorregular sus emociones? Algunos expertos destacan la necesidad de enseñar a los niños a gestionar las emociones a través del conocimiento de sà mismos, de sus estados emocionales y de sus reacciones ante ellos. Asimismo, deben aprender que sus reacciones pueden variar según el estado de ánimo, para poder elegir la reacción adecuada en cada situación.
De igual forma, un equipo del departamento de psicologÃa y neurociencia de la Universidad de Duke en Estados Unidos destaca la importancia del autocontrol y la autorregulación emocional en el desarrollo evolutivo del ser humano. Según las estadÃsticas presentes en el estudio, en efecto, la falta de esta habilidad puede generar problemas de salud en la vida futura de la persona.
Por ello, es fundamental enseñar a los niños a autorregularse y gestionar sus emociones y respuestas a las mismas. En este sentido, el uso de la técnica del semáforo es de gran ayuda.
Los colores del semáforo de la ira
Rojo
PARA, cálmate. Cuando no podemos controlar una emoción, especialmente la ira y la rabia, tenemos que parar como lo harÃamos en un semáforo cuando se enciende la luz roja. Cuando la ira nos abruma, significa que es hora de parar y reflexionar sobre lo que está pasando.
Giallo
PIENSA, reflexiona sobre el problema y lo que estás sintiendo. "¿Cómo me siento ahora?", "¿Estoy enojado?", "¿Estoy triste?" Posteriormente, se invita al niño a reflexionar sobre las posibles alternativas de respuesta y las consecuencias ante esta situación. ¿Cuál es la mejor respuesta para mÃ, cuál es la solución que me ofrece más beneficios?
El color verde en el semáforo de la ira
ACTUAR, resolver el problema. Tras analizar las posibles respuestas a una emoción, tendrás que elegir la opción de respuesta que mejor se adapte a ti y ponerla en acción para resolver la situación actual.
Para aumentar la respuesta positiva del niño, es importante reforzar cualquier comportamiento positivo, siguiendo los dictados de la teorÃa del refuerzo en el aprendizaje de Skinner. El refuerzo positivo permite que el niño sienta que su esfuerzo es apreciado y tenido en cuenta, y esto lo anima a perseverar en tales patrones de comportamiento.
Como se explica en este artÃculo, es fundamental que la educación de los niños tenga en cuenta la autorregulación de las emociones y su forma de gestionar los estados emocionales más problemáticos como la ira, el miedo y la frustración. Dada la importancia de adquirir esta habilidad, encontramos en el semáforo de la ira una herramienta sencilla, útil y práctica para animar a los niños a gestionar mejor sus emociones.
