El perfil del chantajista emocional: 5 tácticas y 3 emociones que usa para chantajearte

El perfil del chantajista emocional: 5 tácticas y 3 emociones que usa para chantajearte

Conocer el perfil del chantajista emocional te ayudará a no caer en su red o huir cuanto antes. Desafortunadamente, el chantaje emocional es un tipo de violencia psicológica invisible que puede atraparlo en una dinámica poco saludable. Al adoptar el papel de víctima, gradualmente está perdiendo la capacidad de tomar sus propias decisiones y términos a merced del manipulador.

Para satisfacer al chantajista emocional tendrás que pagar un precio muy alto. Probablemente sienta que está caminando sobre cristales porque nunca sabrá qué estado de ánimo será o cómo tomará sus palabras. Para satisfacer a ese tipo de personas hay que sacrificarse continuamente, anteponiendo sus necesidades y deseos a los suyos.



Como resultado, las víctimas del chantaje emocional terminan perdiendo la autoestima, sintiéndose culpables de las emociones, actitudes y comportamientos del manipulador. Tienden a caer en la indefensión aprendida, un estado en el que aprenden a sobrevivir con este sistema de manipulación porque no saben cómo salir de él.

¿Quién es el chantajista emocional?

Cualquiera puede convertirse en un chantajista emocional. Es alguien que manipula y chantajea a otros para obtener beneficios personales, a expensas de las necesidades de la víctima. El chantajista emocional es aquel que se relaciona utilizando métodos de manipulación destinados a limitar el poder de decisión de sus víctimas, para llevarlas a tomar una determinada decisión.

Suelen ser personas con problemas psicológicos. De hecho, el perfil del chantajista emocional suele caracterizarse por:

- Miedo a ser abandonado y herido emocionalmente.

- Necesidad intensa de tener todo bajo control

- Baja tolerancia a la frustración

- Distorsiones de pensamiento que le hagan creer que sus peticiones son razonables.

Los tipos de chantajistas emocionales

  1. Castigador

Son manipuladores que directamente amenazan con tomar represalias si sus demandas no son aceptadas. No tienen reparos en expresar lo que quieren y aclarar las consecuencias de no hacerlo. Abundan los ejemplos en la vida cotidiana: "si no dejas tu trabajo, te dejo", "si te separas de mí no verás más a los niños" o "si te vas solo asumes todas las consecuencias". ".



Este tipo de chantajista emocional conoce tus debilidades y te atacará donde más te duela. Suele expresarse de forma agresiva, aunque en algunos casos puede asumir una actitud pasivo-agresiva. Por eso su táctica favorita es dejar de hablar como castigo, aunque sea evidente que el silencio esconde una enorme rabia.

Lo peor es que cuanto más estrecha sea la relación, más control querrá el chantajista y más vulnerable será usted. A medida que aumenta el chantaje, las consecuencias de no aceptar sus solicitudes pueden volverse graves: abandono, frialdad emocional, retirada de apoyo económico o incluso daño físico.

  1. Autoaggresivo

En este caso la amenaza se dirige hacia ellos mismos, para generar el sentimiento de culpa y para inducirle a hacer lo que él quiere. Si lo contradice o no cede a sus deseos, amenazará con hacerse daño o incluso, en los casos más extremos, con quitarse la vida. “Si me dejas me suicidaré” es una de las frases más comunes.

A veces, este tipo de chantaje emocional desarrolla un perfil más refinado. “Si me peleas, me enfermaré” es la frase típica de quienes recurren a la salud para generar un sentimiento de culpa en su víctima.

En cualquier caso, estos manipuladores hacen del drama su arma principal, se muestran excesivamente necesitados y dependientes de los que les rodean para pedirles después que hagan lo que quieran. De hecho, se aprovechan de tu empatía, preocupación y culpa para crearte un problema de conciencia de antemano.

  1. Mártir

El perfil de este chantajista emocional es el más delgado y, por tanto, uno de los más difíciles de identificar. También usa la culpa de la víctima para controlarla. Es muy bueno haciendo que los demás se sientan culpables.



En este tipo de chantaje emocional, todas las frases van acompañadas de una falsa actitud de resignación: "no te preocupes por mí, solo soy una molestia" o "adelante, que ya no te molestaré más". El objetivo de su actitud es mostrar cuán infeliz, miserable, enfermo o desafortunado es. De esta forma te demuestra que tus decisiones le causan problemas y que, por tanto, eres una mala persona.

Al final, si no quieres asumir la culpa de su desgracia, no tienes más remedio que darle lo que quiere, incluso si todavía no te ha dicho directamente de qué se trata. El problema es que, hagas lo que hagas, nunca será suficiente porque esta persona siempre pedirá más.

  1. Benefactor

El perfil de este chantajista emocional proyecta una enorme seguridad. Es una persona "generosa" que te ofrece amor y protección, pero solo mientras cedes a sus necesidades. Se esforzará mucho en hacerte desconfiar de tus habilidades y tratará de hacerte parecer una persona débil e indefensa que no puede cuidarse a sí misma. Cuando logre hacerte sentir inseguro, se reafirmará como tu benefactor.

Al principio hará todo por ti, pero pronto presentará la factura y te exigirá el mismo esfuerzo, o incluso más, porque en realidad detrás de ese altruismo hay una imperiosa necesidad de control.

Si es necesario, no dudará en señalar todo lo que ha hecho por ti, cuánto ha sacrificado y cuántas cosas ha renunciado. Frases como "con todo lo que he hecho por ti así me pagas" son habituales en el discurso de este tipo de chantajistas. Te pondrá en una posición en la que, si eres una buena persona, no tendrás más remedio que recompensarlo por su esfuerzo. El problema es que nunca saldará su deuda.



  1. Seductor

Suelen ser personas muy carismáticas con una personalidad seductora. Su chantaje emocional se basa en promesas. No dudarán en prometerte el cielo y las estrellas, pero solo con la condición de que cumplas sus deseos.

Su estrategia se basa en una especie de chantaje inverso porque, en lugar de amenazarte, te dirán todas las cosas buenas que harán por ti, cuando y donde te dejes manipular. Su frase clásica es: “haz lo que te digo y ya no tendrás que preocuparte por nada”.

De esta forma, el manipulador logra crear una relación de dependencia al quitarle poder a su víctima. Pero en la mayoría de los casos no cumple sus promesas, de hecho siempre tiene una buena excusa para justificarse.

Las 3 emociones que usa el chantajista emocional

Independientemente de las tácticas de manipulación empleadas, en profundidad el mecanismo del chantaje emocional es siempre el mismo, pues se basa en la activación de tres estados emocionales clave en las víctimas gracias a las cuales es sometido:

  1. miedo

Los chantajistas emocionales construyen sus estrategias, consciente o inconscientemente, sobre la información que les damos. Se basan en nuestros miedos, incertidumbres y debilidades.

El miedo a no conseguir lo que quieren y perder el control es tan intenso que les ayuda a centrarse con mayor precisión en sus objetivos y a detectar nuestras debilidades con mayor claridad, por lo que en algunos casos pueden conocernos mejor que a nosotros mismos.

No dudarán en utilizar ese conocimiento como arma para manipular y alimentar el miedo en su víctima, incluso si eso significa traicionar la confianza que el miedo depositó en ellos.

  1. Deber

A menudo, nuestra idea del deber es razonable y forma una base ética y moral que se convierte en la brújula que guía nuestra vida. Pero a veces esta idea nos lleva demasiado lejos, por lo que perdemos la perspectiva y el equilibrio.

Los chantajistas no dudan en poner a prueba nuestro sentido del deber, todo el tiempo. Por ejemplo, el apego a la familia y la creencia de que es un vínculo sagrado mantiene a muchas personas en relaciones que han perdido significado o incluso les resultan dañinas.

Un manipulador tirará cada vez más fuerte para ver cuánto puede aprovechar ese sentido del deber. Y si esto es más fuerte que nuestra autoestima, rápidamente caeremos en su red.

  1. culpa

La culpa es un elemento esencial para ser una persona responsable que se preocupa por el bienestar de los demás. Es una herramienta de nuestra conciencia para generar malestar y regañarnos cuando violamos nuestro código ético y de valores. Los chantajistas lo saben.

Una de las formas más rápidas en que un manipulador puede lograr su objetivo es generar una culpa inmerecida culpando activamente a su víctima por cualquier incomodidad o problema que pueda tener. Cuando el chantajista vea que la culpa puede ayudarlo a lograr sus objetivos, ya no tendrá límites y los usará sin dudarlo.

Finalmente, recuerda que el chantajista intenta controlarte a ti y a la situación, por lo que perderás tu libertad, tu seguridad y tu felicidad. Cada vez que cedes al chantaje, cedes parte de tu libertad. Por lo tanto, tenga cuidado de no permitir que una persona que no respete sus prioridades, límites y necesidades controle su vida. Quizás sea mejor perder a esa persona que perderse en el chantaje.

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