El final de una historia: 4 signos

El final de una historia: 4 signos

El amor es maravilloso, pero a veces no dura para siempre o no es suficiente para mantener una relación. Algunos elementos nos dicen cuando la relación se está acabando.

El final de una historia: 4 signos

Última actualización: 26 de marzo de 2022

Adivinar el final de una historia no es fácil ya que la mayor parte del tiempo uno se niega a ver la realidad. Nadie está dispuesto a aceptar de la noche a la mañana que el vínculo ha llegado a su fin, que no hay vuelta atrás.



Es vertiginoso enfrentarse a la realidad y al sentimiento de fracaso personal que suele acompañarla. Como resultado, tendemos a creer que nuestro valor y éxito dependen de tener una persona a nuestro lado.

La sociedad está hecha para vivir en pareja, por eso tener pareja es lo deseable, lo que se espera de nosotros y lo que sentimos que tenemos que hacer. Con demasiada frecuencia mantenemos relaciones que en el fondo sabemos que han terminado hace mucho tiempo.

¿Cómo reconocer el final de una historia?

1. Sentirse frustrado o insatisfecho

Cuando comenzó la relación, seguramente estar con la pareja era sinónimo de éxtasis, felicidad y plenitud. Cada segundo a su lado fue un regalo, una oportunidad para descubrir más profundamente a este ser fascinante.

Sin embargo, y sin saber cómo, con el tiempo ese sentimiento ha ido cambiando y la plenitud ha dado paso a un pequeño vacío que uno trata de esconder de sí mismo.

Con el tiempo se han ido descubriendo aspectos de la persona que no le gustaban mucho, opiniones y valores que no coinciden con los propios.

Es normal y saludable, es poco realista intentar mantener el nivel de implicación, admiración y dedicación de las primeras etapas. Sin embargo, cuando la relación no ofrece alegría, la insatisfacción y la frustración se convierten en compañeros de viaje.



A menudo, sentirse decepcionado, triste e impotente ante el comportamiento de su pareja indica que es hora de terminar la relación. Es posible que deba reajustar sus expectativas si no son realistas, pero nunca se conforme con una relación que lo haga infeliz. Nos merecemos lo mejor.

2. No hay entusiasmo

Debido a la presión social y la falta de afecto, muchas personas deciden estar juntas por la razón equivocada: no por amor, sino por miedo a la soledad.

Al principio la otra persona parece la solución a todos los problemas, pero pronto quedará claro que el entusiasmo fue momentáneo. Si no se tiene verdadero cariño, afinidad y conexión, será imposible fortalecer la relación.

El propósito de una relación romántica no es llenar vacíos ni ser el resultado de la rutina y la inercia. La pareja debe enriquecerse y motivarse. Si sentimos indiferencia, tenemos que preguntarnos si nos mantenemos juntos por simple rutina y comodidad

3. Si la confianza falla, el final de una historia está cerca

En muchas ocasiones hay amor e ilusión, pero falta un elemento imprescindible: la confianza. Puede haberse roto por una mentira, traición, infidelidad o cualquier mala conducta por parte de la pareja.

O quizás la relación nunca se basó en este valor porque uno de los dos (o ambos) no lo alimentó.

Si falla la confianza, surgen los celos, la sospecha, las exigencias y el sufrimiento. Es imperativo que la pareja sea una persona de confianza, abierta, sincera y honesta. La confianza es parte del respeto fundamental que se necesita en cualquier vínculo sano.


Si la relación te hace sentir inseguro, te obliga a estar siempre alerta, sería mejor priorizar tu bienestar y acabar con él.

4. La comunicación no es saludable cuando se acerca el final de una historia

La comunicación es fundamental en una pareja. Los conflictos, desacuerdos o discrepancias serán inevitables con el tiempo. Pero gracias a una comunicación fluida y asertiva, el vínculo se fortalecerá.


Al contrario, cuando ambos no pueden comunicarse con respeto y cariño, la relación está condenada a terminar.

Las palabras ofensivas, los reproches, el silencio o la indiferencia no son buenas estrategias de comunicación. Si desea mantener la relación, ambos deberán trabajar en la asertividad. Pero si uno de ellos se niega a realizar el trabajo de reflexión y cambio, tarde o temprano la situación será insoportable. El final de una historia ya está marcado.

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