El derecho a cometer errores al tratar de cambiar

El derecho a cometer errores al tratar de cambiar

Cuando tratamos de cambiarnos a nosotros mismos, tenemos que lidiar con el entorno que nos rodea. En nuestro intento por mejorar, también tenemos derecho a equivocarnos, levantarnos y volver a intentarlo.

El derecho a cometer errores al tratar de cambiar

Última actualización: 18 de enero de 2021

Antes de emprender cualquier camino de crecimiento personal, debemos tener en cuenta que la vida es una evolución continua. Sin embargo, los cambios no ocurren de la noche a la mañana: para obtener resultados, se necesita perseverancia y disciplina. Desafortunadamente algunas personas olvidan que al tratar de cambiarnos a nosotros mismos, tenemos derecho a cometer errores.



Damos por sentado que quienes viven a nuestro lado estarán felices con nuestra decisión y nos apoyarán. Sentimos desilusión e ira si no se aprecian nuestros esfuerzos. Pero debemos ser conscientes de que somos nosotros, con nuestro bienestar, quienes somos el verdadero motor del cambio. Si estamos esperando la aprobación, el reconocimiento o el apoyo de otra persona, podríamos tirar la toalla de inmediato.

Tienes que cambiar por ti mismo, cree en ti mismo y motívate. Hoy entenderemos por qué es tan fácil encontrar un freno por parte de quienes viven a nuestro alrededor y cómo afrontar esta situación.

¿Cuándo olvidamos que todo el mundo tiene derecho a equivocarse?

Todo el mundo puede encontrarse con una situación así. por ejemplo, cuando revelamos a nuestros familiares que queremos iniciar una dieta saludable y ellos no pierden el tiempo comentando, con un tono irónico, cada pequeño descuido. No importa si llevamos una semana entera siguiendo la dieta, simplemente se centran en nuestros errores para subestimarnos y menospreciarnos.

Lo mismo sucede cuando decides enfrentarte a tus miedos. Decidimos superar el miedo a conducir haciendo viajes cortos en automóvil todos los días. A veces, sin embargo, se nos ocurre pedirle a nuestra pareja que conduzca porque no tenemos ganas, convirtiéndolo en una oportunidad para darnos fracasos.



Estas reacciones también se dan cuando intentamos mejorar la relación y la comunicación en pareja. Pedimos al socio que haga un esfuerzo conjunto para mejorar la situación y a partir de ese momento, aunque no haya mostrado ningún signo de cooperación, el único momento en el que perdemos la compostura y volvemos a la vieja rutina será inmediatamente dispuesto a quejarnos. 

"¿No tenías que comer sano?", "¿No dijiste que superarías el miedo a conducir?", "Bonita reacción, ¿no dijiste que eras más comprensivo?". Todas estas preguntas traen consigo un reproche, más que un apoyo. ¿Por qué pasó esto?

¿Por qué está pasando esto?

En primer lugar, es bueno saber que tal escenario es más frecuente de lo que parece y dice más sobre quién lo expresa que sobre quién lo recibe. Una persona con una vida equilibrada emocionalmente, en paz consigo misma y que puede haber afrontado ya un camino de desarrollo personal, no intentaría entorpecer al otro.

Por otro lado, es bueno subrayar que el cambio no es bien recibido por las personas que viven a nuestro alrededor, incluso cuando nos beneficia. Esto sucede porque cuando cambiamos, nos vemos obligados a cambiar la dinámica de nuestras relaciones con los demás.

Si un adicto se sale del círculo, la pareja perderá su posición de superioridad. Si decidimos comunicarnos con respeto, dejaremos de cooperar en el conflicto. En consecuencia, si otros no están dispuestos a cambiar, nuestros esfuerzos por mejorar pueden no ser apreciados.


Valora tu viaje

Nuestra tarea, por lo tanto, se convierte en mantener la calma frente a las reacciones del entorno que nos rodea. No cometamos el error de privarnos de nuestro derecho a equivocarnos.

Si realmente crees en la necesidad de un cambio en ti mismo, respeta tu decisión y encuentra tu tiempo para hacerlo. No se trata de ser perfecto, ni de volverse perfecto en un día. Está bien detenerse, dar la vuelta e incluso dar unos pasos hacia atrás. El crecimiento no es lineal, no todos podemos llegar a la meta de la misma manera.


Caer no significa retroceder, un error no es el final del camino ni el fracaso del proyecto. Valore sus esfuerzos: recuerde que si está tratando de mejorar, siempre tiene derecho a cometer errores.

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