Efecto latente en la comunicación.

Efecto latente en la comunicación.

El efecto latente ocurre cuando una persona ignora inmediatamente un mensaje, porque no le parece creíble, y luego, poco a poco, comienza a creerlo.

Efecto latente en la comunicación.

Última actualización: 26 de marzo de 2022

El efecto durmiente, del inglés sleeper effect, es una expresión utilizada para aludir a la influencia de una información inicialmente descartada porque se consideraba imposible o muy improbable.

Teóricamente, el efecto latente ocurre cuando una persona ignora inmediatamente un mensaje, porque no le parece creíble, y luego, poco a poco, comienza a creerlo. Cambio se debe a una prueba externa a favor del mensaje o a un ciclo de pensamientos internos que empujan a reevaluar la información.



Esta estrategia parece un poco contradictoria si tenemos en cuenta que generalmente cuestionamos información que nos deja en duda. Esto no quiere decir que un contenido almacenado en nuestra memoria, inicialmente no tenido en cuenta, acabe cobrando importancia. En realidad, adquiere relevancia porque nos encontramos con un dato u otro que nos hace cambiar de estrategia y confirmar el contenido.

¿Cuándo data el efecto latente?

En la década de 40, durante la Segunda Guerra Mundial, se desarrollaron varias campañas publicitarias con el objetivo de fomentar un espíritu positivo hacia todo lo que tuviera que ver con la guerra. Específicamente, el Departamento de Guerra de los Estados Unidos quería saber si los anuncios de propaganda eran realmente efectivos.

Se realizaron varios experimentos para analizar la influencia de la publicidad en las actitudes de los soldados. De los resultados se desprende que los cortos no lograron influir en los soldados tan fácilmente como se pensaba. Cuando las películas eran informativas, reforzaban algunas actitudes, pero en general no fomentaban el optimismo. Los productores y psicólogos, por lo tanto, no lograron su objetivo con los cortometrajes..



Sin embargo, después de unos meses, los investigadores encontraron un efecto curioso en los soldados. Si su actitud hacia la guerra no había cambiado al principio, los cambios se observaron después de nueve semanas.

Por ejemplo, los soldados que habían visto La batalla de Gran Bretaña inicialmente mostraron una ligera simpatía por los británicos. Nueve semanas después, el sentimiento era más fuerte. Carl Hovland, profesor de la Universidad de Yale, llamó a esto el "efecto latente".

El fenómeno ha sido ampliamente investigado por la comunidad psicológica y científica, porque parecía impensable que tal cambio, después de un período prolongado de tiempo, estuviera relacionado únicamente con el visionado de un cortometraje. De hecho, numerosos estudios confirman que el efecto persuasivo de un mensaje es mayor inmediatamente después de recibirlo. Cuanto más tiempo pase, más tenderá a disminuir el efecto. Los anunciantes que ofrecen mejores ofertas a los que compran ahora lo saben bien.

¿Cuáles son las condiciones para que se produzca el efecto latente?

Para que se produzca el fenómeno del efecto latente deben darse dos condiciones:

  • Un fuerte impacto inicial: el efecto latente surge solo si el mensaje persuasivo tiene un impacto inicial muy fuerte. Esta fuerza es la garantía de que el mensaje se mantenga en la memoria y se reelabore mentalmente.
  • Un mensaje perdido: cuando la fuente de la información no es fiable, tendemos a desacreditar su contenido. Sin embargo, si descubrimos que la fuente no es confiable solo después de ver la película o recibir el mensaje, seremos más receptivos al mensaje y, por lo tanto, sugestionables.

Quienes se ocupan de la publicidad conocen bien este detalle y pueden, por ejemplo, escribe un artículo sobre los beneficios del chocolate convenciéndonos para consumirlo. Sin embargo, solo al final del artículo resulta que el autor trabaja para una empresa que produce chocolate. Si recibimos el mensaje persuasivo antes de conocer la fuente de la información, estaremos expuestos al efecto latente.



La explicación de este fenómeno es muy sencilla: nuestra mente, pasado un tiempo, olvida que la fuente del mensaje no era del todo fiable y almacena la información inicial. Aquí porque con el paso del tiempo somos más sugestionables al mensaje que nuestra reacción inicial.


Ahora ya sabes cómo funciona el efecto latente por el cual la publicidad y los medios pueden dirigir nuestra atención, convencernos de comprar determinados productos o votar por un determinado partido. Este fenómeno también nos lleva a ignorar los aspectos negativos del producto en cuestión y nos empuja a adoptar una estrategia de mejora o confirmación.

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