Distimia: una tristeza incurable y una herida eterna

Distimia: una tristeza incurable y una herida eterna

Distimia: una tristeza incurable y una herida eterna

Última actualización: 31 de marzo de 2015

una persona que sufre de distimia no siente el inmenso vacío propio de la depresión, enfermedad que desencadena un enorme dolor, pero vive aferrado a un sufrimiento que no comprende, dominada por una tristeza que la oprime día a día, sin entender la razón.

Mal humor, cansancio, malestar general, apatía,… ¿Qué nos está pasando? Vamos al médico, que nos da la receta para comprar vitaminas; no hay nada más que hacer, ya que durante las visitas comunes al médico general es raro que la distimia se pueda diagnosticar a primera vista. Sus signos, de hecho, no son tan fácilmente identificables como los de la depresión, porque se trata de un trastorno muy diferente y misterioso, que devora la vida de las personas a través de la melancolía y la apatía, aislándolas y desorientándolas.



El DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), ha reemplazado el término "distimia" con un algo más complejos y precisos, como el "Trastorno Depresivo Persistente"; aunque este nombre da más información sobre los aspectos de este trastorno, hay que decir que, en la actualidad, aún no están claros los factores desencadenantes. Se puede decir que, entre estos, hay sin duda un factor genético y otro bioquímico.

Una vida con distimia, un enemigo invisible

Es curioso pensar que, en la actualidad, muchas personas padecen este trastorno depresivo de por vida (nuevo nombre para la distimia) sin saberlo. La razón es que los síntomas, en general, no son tan limitantes como los de la depresión, por ejemplo.

Una persona puede seguir siendo perfectamente funcional mientras esta tristeza se aferra a su espalda y le sofoca el corazón y la mente, puede ir a trabajar y crear relaciones más o menos aceptables; sin embargo, algo anda mal, porque el sujeto siente que algo en su interior no funciona correctamente y que la vida es una carga para él.



¿De dónde viene la apatía, la desesperación y este cansancio insoportable? Hay días en los que sentimos un enfado indefinido sin saber su origen, pasan las semanas y no queremos hacer otra cosa que dormir y huir de la gente. Otras veces, somos tan autocríticos que ni siquiera toleramos vernos reflejados en el espejo.

Nos cuesta tomar decisiones e nos convertimos en esa especie de amigo melancólico a lo que ya todos se han acostumbrado, porque ya llevamos mucho tiempo así, con el alma herida. De hecho, se sabe que la distimia afecta mucho más a las mujeres que a los hombres y que, por lo general, estos sentimientos de tristeza empiezan a manifestarse a partir de los 21 años.

Es importante saber que una distimia no se diagnostica y, por lo tanto, no se tratada, puede degenerar en depresión severa, sobre todo si, en algún momento de nuestra vida, experimentamos momentos de fuerte estrés o ansiedad. La carga emocional puede ser un desencadenante muy peligroso y puede conducir a intentos de suicidio precoces; por lo tanto, esto no es algo que deba subestimarse.

¿Cómo lidiar con la distimia?

La distimia es un tipo de trastorno afectivo depresivo crónico; por lo tanto, se requiere tratamiento farmacológico combinado con terapia psicológica. ¿Es posible superarlo?

Hay muchas personas que tienen éxito. Dado que, como te hemos explicado, es un trastorno generalmente crónico, el propósito es monitorear las emociones negativas para obtener una buena calidad de vida; si lo vemos así, sí, es posible superarlo.


Considere estos aspectos:


  1. Si en tu familia hay un familiar con distimia, las posibilidades de que tú también la padezcas son muy altas. Aunque este trastorno suele presentarse a partir de los 21 años, es importante que toda la familia preste atención a los síntomas y posible aislamiento de los más jóvenes y cuide su motivación y autoestima.
  2. Tenga en cuenta que las emociones negativas serán huéspedes no deseados persistentes quien esperará instalarse dentro de ti en contra de tu voluntad. Enfrentarlos. Ya sabes que, en este caso, la bioquímica de tu cerebro puede ser el detonante de tu tristeza; en consecuencia, mira a tu alrededor y date cuenta de que no hay nada por lo que estar desesperado, enojado o asustado.
  3. Anímate y esperaLas pasiones son muy importantes para que tu día a día esté marcado por la alegría. Tener hábitos que, en el día a día, te empujen a cultivar las relaciones y salir de casa es fundamental. Sé sociable, camina, espera, respira, ríe, escribe, llénate de sentimientos positivos y aleja el sufrimiento que la distimia enciende en sus víctimas. No permitas que ella te subyugue.

Imagen cortesía de Cristian Schloe


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