Dinero y pareja, una relación delicada

Dinero y pareja, una relación delicada

Las estadísticas muestran que la combinación de dinero y relación suele ser un tema delicado. El dinero y la forma de administrarlo es una de las causas más comunes de divorcio y fuente de conflicto posterior. Lo mejor es ser claro y explícito desde el principio.

Dinero y pareja, una relación delicada

Última actualización: 27 de enero de 2022

Llega un momento en que las mariposas en el estómago empiezan a importar menos en el amor. Es la fase en la que las cuestiones concretas adquieren importancia y el idealismo es sustituido por el sentido práctico. Ahí es cuando eso dinero y pareja empiezan a formar una pareja delicada que, si no se gestiona con inteligencia y tacto, puede convertirse en un grave motivo de conflicto.



El dinero es más que un activo. Cada uno de nosotros le da un significado consciente e inconsciente.. Depende de cómo vivimos la etapa de la infancia, de la educación recibida, de las experiencias vividas con el dinero y del contexto en el que vivimos.

El dinero y las parejas son dos realidades destinadas a encontrarse tarde o temprano. A veces desde el principio, porque para muchas personas las condiciones económicas representan una variable importante a la hora de elegir pareja. Y no son pocas las relaciones que acaban deteriorándose o acabando por falta de acuerdos o entendimiento en este sentido.

“Afortunados los que tienen talento y dinero, porque lo usarán bien”.

-Menandro-

Money and Pair: Es un juego sutil al principio

Cuando se trata de dinero, a menudo reina la hipocresía, como señaló Sigmund Freud. El padre del psicoanálisis aseguró que, como el sexo, las cuestiones monetarias están igualmente cargadas de tabúes, medias palabras y prejuicios. Esto se ve con particular fuerza en las primeras etapas de una relación.


El dinero es generalmente un tema demasiado trivial al principio para ser incluido en la lista de temas sobre los que se busca un acuerdo. Por otro lado, los sentimientos son intensos y suavizan cualquier diferencia. Ambas partes involucradas quieren pagar, donarse entre sí.


En esta primera fase, sin embargo, ya están surgiendo algunos modelos que marcarán el binomio dinero-pareja. Casi siempre uno de los dos es más generoso, el otro más receptivo. Empiezan a surgir acuerdos implícitos sobre cómo gestionar los gastos. Por otro lado, el discurso se hará explícito después de la convivencia.

Dinero y pareja: hombre y mujer cuentan monedas

Dinero, poder y asimetría

Generalmente, buscamos un socio con un nivel económico similar al nuestro. Eso no siempre es cierto, pero suele ser así. No obstante, es poco probable que ambos tengan los mismos ingresos, los mismos patrones de gasto o las mismas expectativas en la pareja. Desde este punto de vista, a menudo hay asimetría., manejable si el contraste no es demasiado fuerte.

Los problemas comienzan cuando existe desigualdad económica en la pareja y el dinero se convierte en un factor determinante en la distribución del poder. No es raro que uno de los dos brinde apoyo financiero., generando para el otro una especie de deuda a pagar con otra moneda. Con dinero se puede, por ejemplo, ganar en temas en los que no se puede llegar a un acuerdo.

Igualmente frecuente es la rivalidad en la pareja, especialmente si ambos tienen éxito profesional y cuentan con recursos sólidos. Por el contrario, si el ahorro es el tema dominante, uno de los dos puede convertirse en el saco de boxeo sobre el que el otro desata toda su frustración.


Acuerdos claros larga amistad

En la investigación realizada por González y Espinosa publicada en la revista Iztacala se destaca que el dinero es el tema que más probablemente genere conflicto en la pareja promedio. Es el factor que más desavenencias produce antes, durante y después del divorcio. Los dos investigadores aseguran que esta dimensión suele estar envenenada por sentimientos de angustia, ira, resentimiento, envidia, celos y mucho más.


Sin darse cuenta, muchas parejas terminan usando su dinero para fines equivocados. Para controlar al otro, por ejemplo, o para compensar heridas emocionales como la infidelidad, la indiferencia o el abuso.

Por ello, la relación entre el dinero y la pareja es un aspecto que requiere acuerdos inteligentes y que traspasen lo menos posible a otros ámbitos. La mejor manera de abordar este tema es tratarlo directamente, revisando periódicamente los acuerdos.

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