Dieta y cáncer de estómago

Premisa

La nutrición es un elemento que incide significativamente en el aumento o reducción del riesgo de cáncer de estómago.
No en vano, la dieta se considera uno de los principales factores predisponentes o preventivos de esta patología.
Además, el aspecto nutricional juega un papel decisivo en el eventual proceso de curación y mantenimiento después de la cirugía para la extirpación del tumor.
A continuación analizaremos todos los aspectos de la correlación entre la dieta y el cáncer de estómago.


Dieta y cáncer de estómago

El consumo excesivo de embutidos y carnes conservadas o cocidas a altas temperaturas aumenta el riesgo de cáncer de estómago.


Estómago

El estómago es el órgano más grande del abdomen. Es totalmente hueco y se encarga del procesamiento de alimentos; más precisamente, el estómago participa en la digestión del bolo alimenticio (alimentos masticados e impregnados de saliva). Sus funciones digestivas incluyen secreción ácido-péptica, mezcla, trituración y progresión de la masa y digestión.
Desde el punto de vista químico, la desnaturalización de las proteínas y la secreción del conocido factor intrínseco, elemento necesario para la absorción intestinal de la vitamina B12 (cobalamina), tiene lugar principalmente en el estómago.

Tumor y carcinoma

Los cánceres de estómago no son todos iguales. Pueden consistir en formaciones benignas o malignas, con muy diferente invasividad y tendencia a la metástasis. De todos los tipos, el responsable del mayor número de muertes es sin duda el cáncer gástrico.


El cáncer gástrico está particularmente extendido en Japón y América del Sur; en su país, el número de diagnósticos parece mayor en Toscana y Emilia-Romaña. Afecta más a hombres que a mujeres (2: 1) y la edad máxima de incidencia es de 45 a 55 años.
Los factores de riesgo del cáncer de estómago son:


  • dietético (ver más abajo),
  • ambiental (contaminación del aire, contaminación del lugar de trabajo y humo de cigarrillo),
  • genética (grupo sanguíneo A) y familiares (alteración genética p-53)
  • Infección por Helicobacter pylori
  • presencia de otras patologías precancerosas (por ejemplo, cáncer gástrico temprano y metaplasia intestinal).

NB. La presencia de gastritis y / o úlcera puede estar relacionada con la aparición de cáncer gástrico pero, por sí misma, no es un factor primario.



El cáncer de estómago es una forma bastante sutil de cáncer de estómago; de hecho, si bien genera síntomas dolorosos y fácilmente perceptibles, en ocasiones se confunde con otras enfermedades menos graves (gastritis, úlceras, etc.); además, tiende a superponerse con otras formas malignas. También por estas dos razones, el cáncer de estómago es una de las principales causas de muerte por cáncer en su país, después del cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal y de ano.

Un diagnóstico temprano reduce significativamente la posibilidad de muerte; Por tanto, es aconsejable que, ante la presencia de dolor, malestar y pérdida de apetito (especialmente hacia la carne), se ponga en contacto con su médico, quien evaluará la relevancia de una valoración clínica (gastroscopia y posiblemente biopsia).
En caso de diagnóstico positivo, la terapia incluye resección del área enferma, radioterapia y quimioterapia. Por otro lado, tras la extracción del estómago o parte de él, o la formación de un bypass gastroyeyunal, el sujeto deberá seguir una dieta específica debido a un trastorno digestivo.


La dieta como causa

Como se anticipó, en nuestra península las regiones más afectadas por el cáncer gástrico son Toscana y Emilia Romagna, pero esta epidemiología varía significativamente según el tipo de dieta. De hecho, la nutrición de tipo continental, o que tenga las características que enumeraremos a continuación, adquiere un papel predisponente.
Los factores nutricionales que predisponen al cáncer de estómago son:

  • Exceso de grasas, especialmente saturadas o de mala calidad (hidrogenadas, refinadas, ricas en cadenas en conformación trans).
  • Exceso de cloruro de sodio.
  • Exceso de moléculas tóxicas por fumar o carbonización (policíclicos aromáticos, acrilamida, acroleína, formaldehído, etc.).
  • Exceso de nitrosaminas, moléculas cancerígenas derivadas de la combinación de aminas con nitritos; este último puede:
    • estar en el medio ambiente y en los alimentos (se agregan a la mayoría de los embutidos como conservantes);
    • ser obtenido a partir de nitratos (conservantes de alimentos) por bacterias y enzimas presentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano.
  • Exceso de alcohol etílico.
  • Falta de fibra dietética.
  • Deficiencia de provitamina A, vitamina C y vitamina E.
  • Deficiencia de antioxidantes no vitamínicos (fenólicos y no fenólicos).
  • Almacenamiento incorrecto de alimentos refrigerados (en el frigorífico).

En términos prácticos, la dieta que predispone a la aparición de cáncer gástrico tiene las siguientes características:


  • Demasiados alimentos de origen animal, especialmente mantequilla, quesos grasos, crema de leche, yema de huevo y carnes grasas.
  • Demasiados alimentos fritos o alimentos que contienen margarinas procesadas y aceites de origen tropical. Todos pertenecen a la categoría de comida chatarra; algunos ejemplos son: papas fritas en bolsas o papas fritas de comida rápida, chocolates, otros bocadillos dulces, etc.
  • Demasiados alimentos salados; éstos incluyen
    • tanto alimentos en conserva como: salchichas, carnes saladas, pescados en salazón (anchoas, arenque, bacalao, etc.), ciertos quesos, alimentos en escabeche (verduras, legumbres, atún), alimentos fritos en bolsas (p. ej., patatas fritas, nachos y palomitas de maíz), frutos secos en bolsas (por ejemplo, cacahuetes),
    • y la adición discrecional (es decir, la que se hace durante la cocina casera o en la mesa).
  • Demasiados alimentos ahumados, como embutidos como el speck, pescados como el salmón, etc.
  • Demasiados alimentos o bebidas ricos en moléculas carbonizadas, porque se cuecen por asado, irradiación o conducción directa; por ejemplo caramelo, café, alimentos a la parrilla y a la parrilla; peor aún si por medio de leña o brasas de carbón.
  • Demasiados alimentos en conserva y ricos en nitratos; son conservantes muy utilizados en la elaboración de embutidos y quesos.
  • Demasiadas bebidas alcohólicas.
  • Falta de alimentos enteros o sin cáscara pertenecientes al grupo fundamental de alimentos I y II; son legumbres y cereales ricos en fibra y antioxidantes.
  • Escasez de alimentos pertenecientes a los grupos fundamentales de alimentos VI y VII; son frutas y verduras frescas ricas en provitamina A (carotenoides), vitamina C y antioxidantes.
  • Porcentaje de escasez de aceites de condimento de origen vegetal prensados ​​en frío; estos deben constituir la mayoría de los lípidos de la dieta, ya que son ricos en vitamina E y otros antioxidantes.
  • Almacenamiento excesivo de alimentos en bolsas de plástico, en las que las bacterias convierten fácilmente los nitritos en nitrosaminas.

Dieta para prevenir el carcinoma gástrico

Una vez aclarados los factores predisponentes para la formación de cáncer gástrico, definamos con mayor claridad cuáles son los principios nutricionales que ayudan a prevenir la enfermedad:



  • No más del 25-30% de la energía total procedente de grasas.
  • Distribución nutricional de los ácidos grasos a favor de los insaturados (al menos 15-20% de la energía total) sobre los saturados (no> 10% de la energía total), con una participación satisfactoria de poliinsaturados (5-10% de la energía total). energía total)).
  • No más de 1500 mg de sodio total; la sal de cocina contiene aproximadamente un 40%.
  • Eliminación de moléculas tóxicas propias del asado, caramelización, ahumado y de la superficie de los alimentos cocinados al grill o al plato (aromáticos policíclicos, acrilamida, acroleína, formaldehído, etc.).
  • Reducción significativa de nitratos, nitritos y por tanto nitrosaminas.
  • Eliminación de alcohol etílico o limitación drástica.
  • Incremento de fibra dietética hasta 30g / día.
  • Incremento de provitamina A, vitamina C y vitamina E.
  • Incremento de antioxidantes no vitamínicos (fenólicos y no fenólicos).
  • Conservación breve y óptima de los alimentos refrigerados.

En términos prácticos, todo esto se traduce en:

  • Consumo de alimentos magros de origen animal condimentados con un máximo de 5-10 g de aceite vegetal crudo prensado por cada porción (por ejemplo, aceite de oliva virgen extra)
  • Como plato principal (plato principal), consuma pescado 2-3 veces a la semana, carne aproximadamente 2 veces a la semana, quesos bajos en grasa 1-2 veces y huevos enteros una vez.
  • Consumir al menos 2 porciones de verduras frescas al día, de las cuales al menos un 50% crudas en porciones de 50 a 300 g (según el tipo).
  • Consuma al menos 2 porciones de fruta fresca al día; las porciones oscilan entre 150 y 300 g, según el nivel de azúcar.
  • Consumir cereales integrales y legumbres con cáscara todos los días (primeros platos, guarniciones y pan de acompañamiento), en forma integral o en alimentos que los contengan (siempre que no estén demasiado procesados ​​o refinados).
  • Preferir alimentos frescos, evitando los rellenos o conservados en salmuera o ahumados o secos o sometidos a salazón; además, al evitar añadir sal en la cocina y en los platos, esta selección reducirá la ingesta de sodio, nitratos y moléculas tóxicas.
  • Cocine con sistemas indirectos, como hervir, cocinar al vapor, cocción a presión, cocción al baño maría, cocción al vacío y cocción en olla. Esto ayudará a disminuir la grasa total y las moléculas tóxicas.
  • Elimine todas las bebidas duras y vacías; eventualmente, limítese a 2 vasos de vino tinto al día.
  • Para moderar la introducción de nitritos consumir sobre todo frutas y hortalizas de temporada, evitando las de invernadero, quitar el tallo, las hojas externas y el pecíolo; lávelos siempre a fondo. Recuerda que los productos de verano contienen menos que los de invierno y que los alimentos más ricos son: lechuga, colinabo, lechuga capuchina, berros, acelgas, rábanos, rábano picante, ruibarbo, remolacha y espinacas.
  • La conservación de los productos hortofrutícolas debe ser breve y eventualmente realizarse después del lavado, preferiblemente en bolsas de papel o recipientes cubiertos con un paño.

Dieta después de la gastrectomía o by-pass

Como se anticipó, la extirpación del estómago (gastrectomía) o parte del mismo, o la formación de un bypass gastroyeyunal, requieren que el sujeto respete una dieta específica.

Deficiencias nutricionales

El estómago tiene la función de desnaturalizar e iniciar la digestión de las proteínas, gracias a la acción del ácido clorhídrico y al pepsinógeno que produce. Además, segrega el llamado factor intrínseco que permite la absorción de vitamina B12 en el íleon terminal.

También recordamos que la absorción de calcio, aunque ocurre en el intestino, se optimiza por la presencia de proteínas en la comida (básicamente escasas en la dieta post gastrectomía) y por el pH del ácido fecal (generalmente posible gracias a los jugos ácidos del estómago).
El deterioro del estómago da como resultado una digestión incompleta y malabsorción generalizada con pérdida de peso. Por tanto, es estrictamente aconsejable vigilar constantemente los cambios en el organismo, tanto macroscópicamente como clínicamente (azúcares, grasas, proteínas, vitaminas y sales minerales de la sangre, sistema inmunológico, etc.).

Además, se recomienda utilizar complementos alimenticios ricos en calorías y proteínas, preferentemente a base de aminoácidos esenciales libres, y evitar los alimentos demasiado ricos en fibra (que dificultan la digestión y la absorción).
Se encuentran potencialmente los siguientes: anemia perniciosa por deficiencia de vitamina B12, anemia por deficiencia de hierro por reducción de la ingesta de hierro (contenido principalmente en la carne y el pescado) y alteración del metabolismo del calcio debido a una absorción reducida.

La solución consiste en la suplementación alimenticia o la administración farmacológica de nutrientes sujetos a deficiencia. Por ejemplo, inyecciones de vitamina B12, suplementos de hierro o suplementos de calcio y vitamina D.

Síndrome del estómago pequeño

En aquellos que se someten a una resección importante, el síndrome del estómago pequeño ocurre con frecuencia, lo que limita significativamente la ingesta de alimentos debido a una sensación de plenitud o dolor prematuro. Esta complicación se puede sortear estructurando una dieta "abierta" (no limitativa), con comidas muy pequeñas y bien repartidas a lo largo del día, cuidando la masticación y separando claramente los sólidos de los líquidos (por ejemplo, evitando beber con las comidas). Para quienes se ven particularmente afectados por este síntoma, es recomendable aumentar la ingesta de alimentos en la primera fase del día.

Síndrome de abandono

El paso demasiado rápido de la comida no digerible rica en azúcares simples puede dar lugar a los llamados dumping sindromo, que se manifiesta por hipotensión, taquicardia y mareos.

En este caso, además de respetar los principios ya mencionados anteriormente, es recomendable eliminar los carbohidratos con un índice glucémico alto (dulces, frutas azucaradas, mermeladas, etc.), prefiriendo los de absorción lenta (pasta, arroz, sémola, etc.) para moderar el aumento de la insulina glucémica.

Diarrea, esteatorrea y vómitos biliares

En ocasiones, en la gastrectomía se produce diarrea, resultado de una digestión incompleta (a veces por exceso de fibra) y rica en hidratos de carbono. Si es así, podría ser útil realizar los cambios anteriores y moderar la ingesta de líquidos en pequeños sorbos; Es mejor evitar la ingesta de grandes porciones de frutas o verduras, que deben pelarse con cuidado.
En caso de esteatorrea (grasas en las heces) provocada por una mala mezcla de alimentos, la reducción de grasas en la dieta y la integración nutricional de moléculas liposolubles (vitamina A, vitamina D, vitamina E, vitamina K y ácidos grasos esenciales pueden se vuelve muy útil).
El vómito biliar no es infrecuente, causado por la acumulación de jugos digestivos del páncreas y el hígado en la primera porción del intestino delgado; el problema a menudo se resuelve dividiendo los alimentos en comidas pequeñas y frecuentes.

Alimentos prohibidos

En la dieta para la resección del estómago, se prohíbe lo siguiente:

  • Dulces, especialmente cremas, chocolate y helados.
  • Mayonesa y otras salsas, especialmente envasadas.
  • Bebidas con nerviosismo como: café, té fermentado (rojo y negro) y bebidas carbonatadas (jugo de naranja, cola, etc.).
  • Alimentos integrales.
  • Carne grasosa y / o demasiado cocida.
  • Pescado grasoso.

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