Dieta para la diabetes tipo 1

Diabetes mellitus tipo 1

La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad endocrino-metabólica que afecta negativamente a la secreción de insulina por parte del páncreas. En sujetos afectados por esta enfermedad, la cantidad de insulina producida por el páncreas es insuficiente para asegurar el correcto funcionamiento del organismo; en consecuencia, es necesario recurrir a inyecciones diarias de insulina sintética.
El páncreas, que realiza una función promiscua (endocrina y exocrina), puede sufrir una reducción de su funcionalidad general o específica por motivos: genéticos, autoinmunitarios, infecciosos, inflamatorios, etc.
La insulina es una hormona esencial para el cuerpo, ya que regula el azúcar en sangre al impulsar la entrada masiva de glucosa en ciertos tejidos específicos (músculo, corazón y tejido adiposo).
En el caso de la diabetes mellitus tipo 1 NO existe una cura definitiva, sino una terapia con medicamentos de mantenimiento. Como se mencionó, el fármaco de referencia es a base de insulina sintética, inyectable por vía subcutánea o por vía intravenosa, en caso de emergencia.



La dosis y la duración de acción de la insulina inyectada varían según las características subjetivas y el tipo de alimento consumido en la comida. Para más información: Medicamentos para tratar la diabetes mellitus tipo 1

Dieta para la diabetes tipo 1

Dieta, insulina y diabetes 1

La dieta para la diabetes mellitus tipo 1 es un aspecto muy importante para la prevención de las complicaciones crónicas debidas a la hiperglucemia.
En sujetos sanos, el aumento de la glucemia es solo posprandial. Sin embargo, si la insulina está ausente o es insuficiente, esta condición hiperglucémica continúa con el tiempo, causando diversos daños a: ojos, riñones, sistema nervioso, sistema cardiovascular y sistema autónomo.
La inyección de insulina tiene como objetivo prevenir esta circunstancia reduciendo la glucemia posprandial. No obstante, la cantidad de fármaco debe elegirse con cuidado, sin que se agote (por las razones mencionadas anteriormente) o exceda. De hecho, demasiada insulina puede reducir los niveles de azúcar en sangre (hipoglucemia), provocando reacciones graves como cetoacidosis y shock hipoglucémico (pérdida del conocimiento, coma y muerte).
Por tanto, es comprensible que los hábitos alimentarios del diabético tipo 1 deban estar más o menos estandarizados, para evitar complicaciones a corto y largo plazo.
Por otro lado, si se le instruye adecuadamente, el sujeto es capaz de manejar eficazmente su dieta cambiando los alimentos, las porciones y el nivel de actividad física.
Cuando los parámetros de glucemia y hemoglobina glucosilada vuelven a la normalidad, la dieta, la actividad física y las dosis farmacológicas pueden definirse como satisfactorias.



Principios dietéticos

La organización nutricional de un diabético debe tener en cuenta sobre todo el impacto glucémico de los alimentos. Cuanto mayor sea el conocimiento de esta variable, más fácil será la elección de alimentos y porciones.

Entremos en más detalles:

¿Es mejor comer proteínas, grasas o carbohidratos?

El cuerpo puede mantener el azúcar en sangre a partir de los macronutrientes energéticos presentes en los alimentos. Entre estos, los más eficaces son sin duda los carbohidratos; sin embargo, la glucosa en sangre se puede mantener usando ciertas moléculas alternativas: aminoácidos proteicos, triglicéridos de glicerol, ácido láctico y ácido pirúvico (productos intermedios de la respiración celular).
Cuanto mayor sea la glucosa en sangre, mayor debe ser la dosis de insulina del paciente.

Las comidas que requieren dosis más altas de medicamentos son las ricas en carbohidratos. De estos, los carbohidratos y azúcares de fácil digestión que NO requieren ninguna transformación metabólica (por ejemplo, la conversión de fructosa o galactosa en glucosa) son responsables de un aumento glucémico más rápido.
Para la misma porción, existen factores que le permiten limitar el aumento de azúcar en sangre y la velocidad con la que sube (índice glucémico); por ejemplo, la ingesta concomitante de:

  • proteínas y lípidos
  • fibra
  • mucha agua.

¿Cómo se descomponen los nutrientes?

El criterio más sencillo a respetar es el de la dieta mediterránea: 10-15% de proteínas (nunca más del 20%), 25-30% de grasas y 55-65% de carbohidratos (10-16% simples). Para más información: Distribución de la Dieta.
Muchos optan por adoptar soluciones intermedias, en las que los carbohidratos totales se reducen hasta en un 50 o 40%, en beneficio de las grasas (30-35%) y las proteínas (15-20%).
Un ejemplo práctico es el siguiente:



ALMUERZO

Pastas y Frijoles: Pasta Integral 40g, Frijoles Secos 40g, Agua Total 500ml (hidratación y cocción), Parmesano 10g, Aceite de Oliva Virgen Extra 5g
Ensalada de Hinojo: Hinojo 150g, Aceite de Oliva Virgen Extra 5g
Pan Integral: 25g
Mela: 150g
Agua potable: 2 vasos

¿Dónde se encuentran los carbohidratos? ¿Cuales? ¿Cuantos?

Los carbohidratos dietéticos pueden ser simples y complejos.
Los azúcares simples se encuentran en frutas, verduras, leche, miel, azúcar de mesa (fructosa y sacarosa), en los dulces que los contienen (incluidas las bebidas) y en algunos alimentos cocidos (cereales tostados, corteza de pan, etc.).
Los complejos (almidón) se encuentran en cambio en cereales, legumbres y algunos tubérculos.
Como se anticipó, la cantidad de carbohidratos debe equilibrarse con la cantidad correcta de insulina. Obviamente, esto requiere un recuento real de los carbohidratos totales en la comida.
Hay muchas herramientas de ayuda disponibles para realizar correctamente esta operación diaria, desde cursos de formación reales, hasta el uso de calculadoras automáticas.
NB. Las etiquetas de los alimentos son siempre un gran truco.

Otros consejos útiles

Después de haber establecido la dosis de insulina relacionada con la carga glucémica y haber aprendido a manejar los alimentos, solo queda seguir una dieta equilibrada.
De hecho, las recomendaciones nutricionales para la dieta para la diabetes mellitus tipo 1 son las mismas que para un régimen nutricional común.
Se recomienda:


  • Prefiere los alimentos frescos, en detrimento de los procesados ​​y especialmente la comida chatarra
  • Cuida tu ingesta de fibra, vitaminas y minerales
  • Destacar la ingesta de antioxidantes naturales, tanto vitaminas como salinos, y de otro tipo (p. Ej. Fenólicos). Estos se encuentran principalmente en verduras y frutas.
  • Reducir la cantidad y el porcentaje de grasas saturadas o hidrogenadas contenidas en la comida chatarra, los productos lácteos y las carnes grasas.
  • Reducir la cantidad de colesterol total, contenido principalmente en productos lácteos y carnes grasas.
  • Fomentar la ingesta de ácidos grasos esenciales (AGE), especialmente omega 3 (más difícil de introducir con la dieta). Los AGE se encuentran principalmente en aceites prensados ​​en frío, semillas oleaginosas, pescados grasos y algas.
  • Reducir la cantidad de sodio y aumentar la de yodo. El sodio ya puede estar presente en los alimentos en conserva (alimentos en lata, carne en conserva, etc.) o agregado (lo que se denomina discrecional). El yodo se introduce principalmente con alimentos enriquecidos y suplementos dietéticos.
  • Reducir la cantidad de moléculas tóxicas y alimentos que las contienen. Entre estos podríamos mencionar todos los residuos de carbonización, nitratos y nitritos, alimentos con residuos farmacológicos o contaminantes, productos con muchos aditivos alimentarios, etc.
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