Desesperación, cuando damos todo por perdido

Desesperación, cuando damos todo por perdido

La desesperación es fatiga mental, emocional y conductual. Ocurre cuando uno está cansado de experimentar tantas desilusiones y tanta tristeza.

Desesperación, cuando damos todo por perdido

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

La desesperación es un veneno que va extinguiendo la ilusión, la motivación y la energía. Es la costra de la decepción permanente, la espina clavada que nos hace sentir amargura, hasta caer en una trampa psicológica muy peligrosa. Porque a la larga, este estado nos hace muy vulnerables a la depresión y otras dolencias con un costo emocional muy alto.



En la práctica clínica diaria, sabemos que la mayoría de las condiciones psicológicas implican intervenciones que pueden ayudar a la persona. Sabemos, por ejemplo, qué terapia y estrategias ofrecer a un paciente con un trastorno de ansiedad, trastorno de estrés postraumático, fobia, etc.

Pero también existen otras realidades que, por curiosas que parezcan, resultan altamente estimulantes para un profesional. Hablemos de esas situaciones en las que alguien se nos acerca diciéndonos que ha perdido el sentido de la vida, que se siente atrapado por la desesperación, que sufre emocionalmente sin saber muy bien por qué.

Estos estados no siempre aparecen en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). Son pacientes que aún no han cruzado esa línea en la que ya aparece un cuadro clínico. Sin embargo, se encuentran en un abismo emocional, al borde de un precipicio donde es necesario actuar con rapidez para no caer.

Porque si hay algo que muchos sabemos es que la desesperación nos hace perder el sentido de la vida, pues es esa creencia peligrosa e irracional en la que se llega a pensar que todo, absolutamente todo, se ha perdido.



“La desesperación se basa en lo que sabemos, eso es nada, mientras que la esperanza se basa en lo que ignoramos, eso es todo”.

-Maurice Maeterlinck-

Desesperación, la respuesta emocional y conductual que precede a la depresión.

La imagen de arriba representa una obra de la pintora prerrafaelita Evelyn De Morgan, titulada Hope in a Prison of Despair. En él podemos observar un sótano oscuro donde hay una mujer encorvada que oculta su rostro. Está frente a una ventana, pero ni siquiera se asoma para ver la luz del sol. Esta es la desesperación.

Detrás de ella hay un joven que sostiene una lámpara: es la esperanza que intenta iluminar su persona, consolarla, devolverle el optimismo, el coraje y la fuerza interior. El autor del cuadro pretendía poner en escena qu al ser que todos tenemos que invocar para salir de una prisión personal hecha de decepciones, penas, frustraciones y lagunas.

¿De qué se trata exactamente?

La palabra esperanza proviene de la palabra francesa “espoir”, que significa respirar. La desesperación simboliza no solo la dificultad para respirar, pero también la ausencia de espíritu, la pérdida de esa esencia que nos hace humanos.

Más allá del significado simbólico, de este sentimiento emerge sin duda una realidad objetiva: la desesperación, lejos de ser fácilmente explicable, involucra una compleja red de sorprendentes dinámicas y mecanismos internos.

Esto hace que sea difícil para una persona desesperada entender por qué se siente desesperada. Algunos de los sentimientos que tienen las personas desesperadas son:


  • Pérdida de sentido. De repente nada tiene sentido para ellos.
  • Experimentaron una serie de experiencias negativas que no fueron procesadas correctamente.
  • Baja autoestima.
  • Se sienten impotentes. En algún momento piensan que nada puede cambiar las cosas.
  • Sienten tristeza, apatía, cansancio físico, baja motivación, desinterés por todo lo que les rodea.
  • Sienten frustración, amargura y pesimismo.

Si no se actúa a tiempo, la persistencia de estas dinámicas psicológicas y conductuales conducirá inevitablemente a un proceso depresivo.



Tratar la desesperación para prevenir la depresión

La desesperación suele ir y venir. Es un huésped molesto que viene a visitarnos en determinados momentos, pero que tiende a desaparecer cuando cambiamos de punto de vista o adoptamos nuevos hábitos.


Algunos estudios como el realizado en la Universidad de Twente en Holanda nos muestran que la desesperación a menudo está relacionada con la personalidad. Hay perfiles con mayor tendencia al pesimismo ya la falta de defensas. Sin embargo, esto no significa que estas personas estén destinadas a sufrir.

Todos tenemos la capacidad (y el deber) de utilizar todos los recursos personales que tenemos para desalentar, escapar y enfrentar la desesperación. Algunas actitudes útiles para reflexionar son:

  • Sintoniza tu estado de ánimo, tratando de nombrar cada emoción.
  • Comprenda que la desesperación a menudo sigue la siguiente regla de tres: tristeza, frustración, desilusión. Al fin y al cabo, es un estado acumulativo, que nos hace vivir experiencias sin haberlas resuelto previamente. Por lo tanto, debe identificarse su origen.
  • La desesperación es un estado emocional que se ve intensificado por nuestras actitudes. Seguir las mismas rutinas alimentará la situación, ese estado. Así que vale la pena adoptar nuevos hábitos. Intentamos conectar con la realidad de otra manera, innovando, dando vida a nuevos proyectos de la forma más creativa posible.

generar alternativas, abrir nuevas puertas, abrazar nuevos mundos

La terapia cognitivo-conductual nos puede ayudar en estos casos. En consecuencia, no dude en buscar ayuda profesional.


Añade un comentario de Desesperación, cuando damos todo por perdido
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.