Del sufrimiento nacen las almas más fuertes

    Del sufrimiento nacen las almas más fuertes

    Del sufrimiento nacen las almas más fuertes

    Última actualización: 02 octubre, 2015

    Del sufrimiento nacen las almas más fuertes, aquellos que, a pesar de las dificultades y los problemas, han optado por no rendirse. Almas resistentes, almas resilientes.

    Almas que han pasado por el valle de los esfuerzos y las complicaciones, pero luego son resucitado con nuevas lecciones de vida.

    Almas que han navegado las profundidades de la pereza y el sufrimiento, navegado en el océano de los miedos, pero también de la superación personal y del coraje. Almas fuertes, almas dóciles.



    Almas que se perdieron en el laberinto de obstáculos, quedaron atrapadas en telarañas envolventes y encadenadas en la prisión de sus miedos, pero que supieron encontrar el camino a casa. almas valientes.

    Almas sensibles, delicadas e inspiradoras. Porque buena parte de su fuerza la constituye la sensibilidad de sus miradas, la delicadeza de sus actos y la profundidad de su interioridad.

    Almas que han convertido sus heridas abiertas en cicatrices, ahora signos de todos los hechos vividos y superados, de las batallas en las que participaron creciendo y caminando con la frente en alto. Con fuerza de voluntad, todo es posible. El arte de vivir no consiste en eliminar los problemas, sino en crecer a pesar de ellos.

    Estos heridas, cicatrices hoy, brillan como testigos de la capacidad que estas almas han empleado convertir situaciones difíciles y dolorosas en grandes éxitos.

    No hay cicatriz que no contenga belleza. Historias personales, dolores, miedos, esperanzas interrumpidas quedan sepultadas en las cicatrices...

    Como dice el escritor y cantante Marwan, las cicatrices son las costuras de la memoria, esos puntos imperfectos que curan heridas, pero que también nos hieren, el signo que nos permite no olvidar nunca esas heridas a pesar del tiempo.



    Las cicatrices son parte de la armadura de las almas fuertes; coraje y resiliencia son el escudo; el amor y la bondad son el antídoto para curar las heridas.

    Del sufrimiento nacen las almas más fuertes. Almas pacientes, almas persistentes, que buscó una sonrisa tras cada lágrima, la alternativa a cada problema, la oportunidad en cada crisis.

    Almas gigantes, a pesar de ser casi invisibles. Porque su grandeza radica en la capacidad de recuperación, una gran cualidad, pero a la vez invisible.

    Almas heroicas que lograron ver la luz en la oscuridad, el arcoiris en la tormenta.

    Almas que al darse cuenta de que no podían cambiar a las personas, las circunstancias o las cosas, decidieron cambiar su actitud para afrontar el sufrimiento. Anime perspicacia.


    Almas que a lo largo de su trayectoria se han encontrado consigo mismas, han elegido conocerse y ser su mejor compañía. almas profundas.

    almas maestras; Se pueden aprender lecciones importantes de ellos y hablar sobre el abismo de las dificultades.. Estas almas hacen nacer en nosotros la voluntad de superarnos y seguir luchando, porque con ellas los recuerdos dolorosos se transforman en don para ayudar a los demás.

    Almas aprendices. Usan todo lo malo de la vida como apoyo para crecer y progresar, para evolucionar a pesar de las tormentas. Descubrieron la capacidad de reinterpretar diferentes perspectivas.


    Almas llenas de belleza, con matices mágicos. Almas dispuestas a ayudarnos cuando las necesitamos, porque nadie como ellas sabe lo intenso que puede llegar a ser un sentimiento. almas inteligentes.

    Del sufrimiento nacen las almas más fuertes. Hoy agradezco su capacidad de recuperación a pesar de que el invierno siempre llega a tiempo. Son nuestro mayor ejemplo de supervivencia.

    Gracias!

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