Dejar de fumar, cómo prepararse

Dejar de fumar, cómo prepararse

Cuando una persona se propone como meta dejar de fumar, además de aplicar las medidas adecuadas para superar la adicción física, también debe indagar en los motivos reales que la llevaron a la adicción y el significado que ha adquirido el tabaco en su vida.

Dejar de fumar, cómo prepararse

Última actualización: 17 marzo, 2020

Muchas veces no es posible mantenerse firme en la decisión de dejar de fumar. Esto se debe a que no tienes la preparación psicológica adecuada: la voluntad puede ser grande, pero las estrategias son débiles. Quizás no hay claridad sobre los motivos para comprometerse o falta convicción ante los beneficios de dejar de fumar.



La adicción al tabaco es física, pero también psicológica. No fumas por costumbre, hay razones detrás de esta acción que podríamos ignorar. El cigarrillo, aunque nocivo, también ofrece un estado de bienestar y una forma de alivio, aunque sea momentáneo. Dejar de fumar, por lo tanto, también significaría dejar de sentir estos beneficios.

La nicotina es una sustancia altamente adictiva y abandonarla requiere esfuerzo, pero en muchos casos también es un ejercicio mental. Sin embargo, no todo depende de aspectos fisiológicos. Cuando una persona empieza a fumar, desarrolla toda una serie de conductas y actitudes que giran en torno al tabaco. Esto significa que incluso dejar de fumar tiene todo un andamiaje detrás de este comportamiento.

El hábito de fumar puede estar asociado a contextos sociales o de soledad, a la hora de la sobremesa, al estrés, etc. Así, un ejercicio inteligente podría ser reducir, en la medida de lo posible y especialmente en los primeros días, la exposición a estos contextos.

Cuida tu cuerpo. Es el único lugar que tienes para vivir.

-Jim Rohn-


Las razones por las que fumas

El psicoanalista Gustavo Chiozza hace un interesante análisis sobre los motivos para fumar y los motivos que llevan a la intolerancia a los fumadores, tan extendida en la actualidad. En su opinión, el tabaco es una especie de "alimento espiritual" para el fumador. Argumenta que esto no proviene tanto del humo en sí, sino de la emoción que lo acompaña.


Reporta eso un gran número de personas empiezan a fumar durante la pubertad y la adolescencia y que suelen hacerlo “robando” cigarrillos a sus padres oa otros adultos. En este sentido, fumar tiene su origen en una forma de transgresión. En un sentido simbólico, se roba el fuego, como hizo Prometeo para ser como los dioses. En los adolescentes este acto equivale a entrar en el mundo de los adultos.

Ese robo inicial, esa entrada en el mundo de los adultos, genera también un sentimiento de culpa inconsciente, que hoy se agudiza con la intolerancia a los fumadores, extendida en casi todas partes. Cuando esta forma de transgresión y el sentimiento de culpa se asocian a una fuerte tensión con el mundo adulto, aumentan las ganas de fumar y el autocastigo. Así aparece la compulsión, de la que es muy difícil deshacerse.

Las razones para dejar de fumar

Hablando del punto anterior, en el fumador conviven una especie de ansiedad, culpa y autocastigo. Muy a menudo todo esto se origina durante la adolescencia, período en el que el tabaco es simbólicamente una declaración de entrada al mundo de los adultos. Si el mundo adulto es rechazado o genera tensiones muy fuertes, el hábito de fumar adquiere raíces más profundas.


Finalmente, por absurdo que parezca, uno fuma para afirmar su identidad. Y mientras lo dices, se dispara el sentimiento de culpa. En casi todos los fumadores existen principalmente sentimientos de ansiedad y culpa, combinados con el sentimiento de confirmación que proviene de la acción de fumar. Algo placentero y gratificante, pero a la vez autodestructivo.

Las razones para dejar de fumar son tan importantes como las razones para consumir tabaco. Si el motivo es una censura, subconscientemente representa la vuelta al sentimiento de los límites impuestos por los adultos en la infancia. Por eso muchas personas fracasan en su intento de dejar de fumar: en lo más profundo de sí mismos lo experimentan como una sumisión a su propia rebeldía y como un “ser que deja”.



La preparación psicológica

Se estima que alrededor del 60 % de los fumadores intentará dejar de fumar en algún momento de su vida, pero solo el 10 % lo logrará. En la mayoría de los casos esto se debe a una fuerza inconsciente que acaba prevaleciendo sobre las razones racionales que llevaron a dejar de fumar.

Puede ser una buena idea ir más allá de las estrategias para dejar de fumar en frío y comenzar a comprender las consecuencias del tabaquismo en su vida personal. En concreto, es muy útil recordar las primeras etapas de adquisición del vicio. ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Qué sensaciones despertaba el fumar? ¿Qué sensaciones despierta ahora? ¿Cuándo sentimos más la necesidad de fumar?

Evidentemente, la adicción al tabaco tiene un componente físico muy fuerte y ya existen muchos métodos efectivos para gestionarla desde un punto de vista orgánico. Lo que a veces falta es la motivación para abandonar el hábito. Analizar lo que representa el cigarrillo en nuestra vida podría ayudarnos a entender la esencia autodestructiva de la adicción. Y quizás también podría hacer nacer en nosotros un deseo más fuerte: el de no hacernos más daño.


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