Dar consejos no siempre es bueno

Dar consejos no siempre es bueno

Los consejos son bienvenidos ya que indican que la otra persona se preocupa por nosotros y no creemos que pueda ocultar una estrategia manipuladora para dirigir nuestra conducta.

Dar consejos no siempre es bueno

Última actualización: 03 de marzo de 2022

El consejo es una opinión subjetiva que se transmite con la intención de guiar el comportamiento de otra persona. La verdad es que hay gente "sin arte ni parte" que tiene la costumbre de dar consejos a todo el mundo.



Son individuos presentes en todas las familias o grupos de amigos. Dar consejos nos coloca en una posición de autoridad, sabiduría e incluso prestigio. Por otro lado, generalmente son recibidos positivamente ya que indica que la otra persona se preocupa por nosotros y no creemos que pueda esconder una estrategia manipuladora para dirigir nuestra conducta.

El que da consejos para controlar la conducta de los demás es una persona tóxica, que fingiendo buenas intenciones dice qué hacer o no.

Dando consejos para manipular

Si te encuentras con una persona que se entromete en la vida de otra persona, que da consejos con mucha confianza sin saber de lo que hablas e impone sus opiniones, es mejor distanciarse.

“En un esfuerzo por ayudar, podemos obligar a alguien a actuar de manera diferente a lo que le hubiera gustado. Además de esto, cuando nos empeñamos en dar un consejo a quien no lo ha pedido, en realidad nos lo estamos dando a nosotros mismos”.

– Alejandro Jodorowsky

En primer lugar, es imperativo que se busque consejo. En segundo lugar, es esencial ser un experto en el campo, por lo tanto, poder brindar una recomendación basada en la ciencia o la verdad.


Finalmente, la única forma de dar un consejo correcto es empatizar con el receptor e intentar ver el problema desde su punto de vista, no desde su posición particular, que es diferente.


Rasgos de los que tienen la costumbre de dar consejos

Las personas que dan consejos no solicitados tienen rasgos particulares. En general, se trata de personas mayores que, por su edad, creen tener más experiencia, aunque no siempre es así, por lo que son más sabias.

A veces, los parientes cercanos e incluso los padres dan consejos no solicitados. Desafortunadamente, en muchas ocasiones, aunque esta “ayuda” no sea su intención, puede tener un impacto negativo en nosotros.

Dar consejos estándar

“El tiempo lo arregla todo” o “cree en ti mismo y lo lograrás” son los típicos consejos que leemos en las revistas para adolescentes y luego intentamos dárselos a otra persona.

Estos consejos prefabricados nunca son efectivos, ya que el interesado también es consciente de ello. Incluso los aplica, pero eso no es lo que necesita en este momento.

“Más que ayudar, muchas veces podemos hacer que la otra persona se sienta culpable porque no cree en sí misma o no puede ver el lado bueno de las cosas.

No saber afrontar los miedos y proyectarlos

Quien da consejos siempre y en todo caso presenta a menudo problemas no resueltos y tiene miedo de afrontarlos. Esto los lleva a dar consejos a los demás como una forma de compensar los errores de uno. Nadie puede ayudar a otra persona si su mente alberga numerosos fantasmas.


Por otra parte, muchas veces el consejo es de naturaleza ansiosa : “No lo hagas”, “es peligroso”, “¿y si no funciona?”, en vez de motivar, como lo dicta el miedo.

egoísmo

En lugar de escuchar a la otra persona, siempre piensas en tu propia experiencia personal. “Pues yo…”, “A mí también me pasó y…”. Todos lo hemos hecho, en mayor o menor medida, ya su vez hemos visto a otros hacerlo.



Tal actitud no hace que uno se sienta comprendido o escuchado. En última instancia será la persona a la que "ayudar" que escucha la que debe ofrecerle su apoyo. No olvidemos que todas las experiencias son diferentes pero similares.

Cada uno lleva su propio equipaje vital y sobre la base de él debe resolver sus problemas. Sólo un profesional podría conducir.

Dar consejos que no se creen

Es posible dar consejos que, siendo válidos, son difíciles de poner en práctica e incluso quien los ofrece nunca los ha seguido. Por lo tanto, no tienen validez.

Cualquier consejo debe ser realista, progresivo y adaptado a la persona. Los consejos generales como "si quieres dejar de fumar, empieza por la noche y masca chicle para calmar la ansiedad" no son realistas; hay muchas técnicas.

Más allá de eso, pueden incluso dañar a la persona, llenarla de presión o ansiedad y tener el efecto contrario.

Dar consejos porque sienten que la otra persona necesita ayuda.

Los que siempre dan consejos consideran a los demás inferiores. e incapaz de superar los obstáculos. De hecho, interesarse por los demás es una forma de distraerse de sus propios problemas.


Antes de dar un consejo a alguien, que no nos lo ha pedido o de quien no tenemos conocimiento científico, recordemos siempre la siguiente reflexión:

Cualquiera que trate de ayudar a una mariposa a salir de su capullo, la mata; el que trata de ayudar a que un brote florezca, lo destruye. Todo tiene su tiempo y debe suceder de adentro hacia afuera. 

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