Cura tus heridas: recupera el control de tu vida

Cura tus heridas: recupera el control de tu vida

Cura tus heridas: recupera el control de tu vida

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 15 2021 noviembre

Sanar heridas emocionales no significa olvidar, sobre todo, es hacer que dejen de controlar nuestra vida. Tal cosa requiere un minucioso proceso de transformación con el que comprender que nunca seremos los mismos, porque la cura no es un retorno, sino una hábil reconstrucción con la que formar una nueva persona más fuerte y valiente.



Todos tenemos heridas que necesitan tratamiento. Vivimos en un mundo en el que existen muchas formas de violencia, algunas más explícitas y otras veladas y silenciosas. Hechos como el sexismo, la discriminación, el bullying, la intimidación física o social, los efectos de la disfunción familiar o incluso los mensajes culturales sobre la belleza y el éxito también pueden afectarnos de por vida.

En los últimos siglos La psicología occidental ha tratado de curar las heridas a partir de una amplia gama de enfoques y técnicas, y lo ha conseguido con mayor o menor éxito. Es una ciencia orientada a aliviar el dolor emocional, a ofrecer técnicas adecuadas con las que mejorar nuestros patrones de pensamiento y comportamiento para obtener, de esta forma, un cambio, una mejora vital.

Sin embargo, nada de esto es posible si la persona, si el propio paciente, no tiene ganas. Pero no solo eso, muy a menudo sucede que, lejos de dedicarnos al problema, a un hecho aislado o a un pasado traumático, optamos por apretar los dientes, cerrar el corazón y seguir adelante sin mirar por el retrovisor.

Es una mala estrategia, y un error más que solemos cometer es pensar que el tiempo lo cura todo, que basta con dejar pasar los días, los meses y los años para que todo se resuelva. Sin embargo, el tiempo no lo cura todo, son las acciones que tomamos durante este tiempo las que curan las heridas.



Curación de heridas: en busca del dolor primario

Alba tiene 30 años y lleva casi ocho meses perdiendo a su padre de un derrame cerebral. Las personas que la rodean, su novio, sus amigos y familiares están sorprendidos de cómo ha enfrentado el duelo. No pidió un día de trabajo, al contrario, tras el funeral Alba se concentró casi obsesivamente en sus proyectos profesionales, trabajando con frenesí.

Nadie la vio llorar ni mostrar ningún tipo de arrebato emocional.. Está más activa que nunca, al punto de estar todo el día fuera de casa, es como si intentara mantenerse ocupada en todo momento para no pensar, para no sentir emociones. Sin embargo, ha llegado a tal nivel de agotamiento y estrés que ella misma ha decidido acudir a su médico de cabecera para que le recete "algo para dormir o relajarse". El médico, sin embargo, decidió someterse a un examen psicológico.

Tras analizar el caso de Alba, la psicóloga tiene dos cosas claras. La primera es que su paciente no ha pasado por ningún tipo de duelo, la segunda es que ha creado un “ego de supervivencia” muy eficaz con el que ocultar un profundo dolor primario. Alba necesita curar sus heridas, heridas que quizás van más allá de la mera pérdida de su padre, hechos traumáticos que quizás residen en su pasado y que ahora, con la muerte del progenitor, se han reactivado para formar un "todo" mucho más convulso y complejo.

Esta historia nos permite comprender dos aspectos que exponemos a continuación. Ante la experiencia de dolor, vacío y confusión generada por un evento traumático como el abuso, la pérdida o cualquier otro evento, es común que la persona intente seguir adelante, dejar atrás este hecho, olvidar. Para ello, crea un "falso yo", una personalidad con la que mantenerse a flote.



Sin embargo, la herida primaria permanece presente, latente y se extenderá gradualmente para crear otras heridas secundarias (aislamiento, trastornos de personalidad, ansiedad, depresión, etc). 

primeros auxilios emocionales

Hay un libro muy interesante titulado La herida primaria por el psiquiatra John Firman lo que explica un concepto interesante y útil al mismo tiempo. Curar heridas no significa borrar el trauma, significa rehabilitarnos como seres humanos e implica, ante todo, saber crear una conexión empática con la herida primaria.

Tal vez nos resulte un poco extraño o incluso complejo. Para entender esto, basta recordar una cosa: cuando una persona se somete a una terapia psicológica, en primer lugar percibe un ambiente empático, un escenario cálido e íntimo en el que el psicólogo intenta continuamente conectarse con su paciente. Por su parte, el paciente debe ser capaz de conectar empáticamente con sus heridas, sus necesidades internas que descuidó o no quiso ver.

De esta forma, poco a poco podrá curar el trauma primario y sus efectos secundarios, con tiempo, delicadeza y seguridad. Otro aspecto útil que nos explica el Doctor Firman en su libro es lala importancia de saber aplicar las ayudas emocionales adecuadas a todos los “rasguños y cortes emocionales” que sufrimos a diario. Veamos algunos ejemplos.


5 intervenciones de primeros auxilios para curar heridas

  • Describir y tomar conciencia. Un primer consejo es no esperar a mañana para intervenir sobre el dolor que sientes hoy y para ello nada mejor que saber describir tus estados emocionales. Palabras como “hoy me siento vacío, enojado, afligido, tengo miedo, solo me siento molesto o frustrado, etc.” nos pueden ayudar.
  • La "no dependencia". Debemos entender y aceptar que ninguna persona merece ser víctima de su propio dolor automático, decepción o estado de ánimo negativo persistente.
  • Autocompasivo. Nadie tiene que amarnos tanto ni preocuparse tanto por nuestras heridas como nosotros mismos. Sentir compasión significa visualizar el dolor y comprender que necesita ser tratado, aliviado.
  • Soporte adecuado. Aunque no queramos, no siempre es bueno lidiar con nuestros problemas y moretones diarios solos. Contar con un apoyo adecuado que fomente la liberación emocional siempre es de gran ayuda.
  • cambio. Sanar las heridas requiere iniciar más de un cambio, más de una variación a nivel personal y de nuestro entorno para formar una nueva persona. A veces conocer gente nueva, emprender nuevos proyectos o embarcarnos en nuevos pasatiempos nos ofrece los alicientes adecuados para empezar a palpitar con más fuerza e ilusión.  

Como dice un antiguo proverbio chino, si todos los días nos arreglamos el cabello, ¿por qué no hacemos lo mismo con el corazón? La curación es posible, comencemos hoy.


Añade un comentario de Cura tus heridas: recupera el control de tu vida
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.