Cuanto más se preocupe por tomar la decisión "correcta", más miserable se sentirá con lo que decida

Cuanto más se preocupe por tomar la decisión

¿Sabías que tomamos una media de 35.000 decisiones al día? El 99,74% de estos se toman de nuestro inconsciente, por lo que ni siquiera nos damos cuenta de que estamos tomando una decisión. Pero el 0,26% restante, las decisiones en las que reflexionamos, son más que suficientes para darnos dolores de cabeza, estrés y angustia.

Cuando se trata de elegir conscientemente entre diferentes opciones, no queremos equivocarnos, queremos tomar la decisión correcta. Pero esta preocupación por lo "correcto" convierte la toma de decisiones en algo estresante y aumenta la probabilidad de sentirse miserable después de tomar la decisión, sea la que sea. En la práctica, cuanto más nos preocupemos por tomar la decisión correcta, menos acertado nos parecerá lo que hemos decidido y más insatisfechos estaremos.



¿Cómo tomas tus decisiones? Te enfocas en el análisis o la acción

Un estudio reciente realizado en la Universidad de Columbia analizó el estrés que genera la toma de decisiones. De esta manera, los investigadores encontraron que tomar decisiones solo es estresante cuando estamos demasiado preocupados por tomar la decisión correcta. Aunque lo más curioso es que algunas personas tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de preocupación.

Los investigadores presentaron a los participantes una serie de tareas en las que tenían que tomar una decisión, como comprar un regalo de Navidad para un amigo y priorizar cinco actividades diarias. También se les pidió que recordaran cómo tomaron las decisiones más importantes en la planificación de su boda o cómo decidieron por quién votar en las últimas elecciones. Finalmente, se les pidió que indicaran cómo se sintieron durante el proceso de toma de decisiones y qué tan satisfechos se sintieron con las decisiones que tomaron.

Así descubrieron que cada persona sigue un camino diferente para la toma de decisiones, aunque en un sentido general existían dos estilos distintos de toma de decisiones.



- El proceso de toma de decisiones orientado al análisis. Este estilo de toma de decisiones se refiere a personas que están demasiado preocupadas por elegir lo que creen que es "correcto". Estas personas toman sus decisiones sobre la base de un proceso de evaluación minucioso, hasta el punto en que a menudo se obsesionan con encontrar la "verdad absoluta" y hacer las cosas bien. De hecho, si alguna vez se ha encontrado en una encrucijada pensando que "prefiere tener razón que ser feliz", es probable que sea víctima de este estilo de toma de decisiones. Los investigadores también encontraron que las personas que siguen este estilo de toma de decisiones tienden a estar más estresadas, consideran que tomar decisiones son complicadas y se sienten más insatisfechas con su decisión.

- Toma de decisiones orientada a la acción. Este estilo de toma de decisiones se basa en el movimiento y el cambio. Estas personas toman sus decisiones rápidamente y actúan en consecuencia. No se atascan en el proceso de pensamiento, pero toman una decisión y exploran el camino, sabiendo que si no funciona, pueden cambiarlo. Mientras que las personas que se centran en la analítica están tan preocupadas por elegir correctamente que se quedan paralizadas, las que están orientadas a la acción ya están a mitad de camino.

¿Qué estilo de toma de decisiones es mejor?

Los investigadores dicen que cuando se trata de decisiones del día a día, como elegir un menú o comprar una remera, es más apropiado enfocarse en la acción porque de esa manera terminas antes y es más probable que estés satisfecho con tu decisión.


La toma de decisiones basada en evaluaciones debe limitarse a aquellas decisiones que conllevan un alto riesgo, como una inversión financiera o aquellas que alteran el curso de nuestra vida. Pero debemos tener cuidado de no quedarnos estancados en la fase de análisis porque la inclinación al estilo evaluativo de toma de decisiones nos predispone a la angustia que genera el proceso de toma de decisiones.

Evaluar tantas opciones, preocuparse excesivamente por tomar la decisión "correcta" provoca un enorme agotamiento mental y emocional, además de paralizarnos en el proceso de toma de decisiones, por lo que la vida o los demás decidirán por nosotros. Reflexionar sobre el problema genera lo que se conoce como pensar demasiado y no garantiza que tomaremos la "mejor" decisión, simplemente porque no existe.



De hecho, quienes piensan demasiado antes de tomar una decisión a menudo se detienen a reflexionar sobre las diferentes opciones descartadas y esto les genera insatisfacción e infelicidad. ¿Cómo puedes evitarlo?

  1. Asumiendo que no existe una decisión correcta, perfecta o ideal. En la vida tenemos que tomar decisiones con un alto nivel de incertidumbre y con la poca información que tenemos. Si se equivoca o descubre que esto no es lo que quería, simplemente aprenda la lección y cambie de rumbo. Asume que no hay errores sino lecciones de vida. Recuerde las palabras de Phil McGraw: "A veces tomas la decisión correcta, a veces tomas la decisión correcta".
  2. Confíe más en sus instintos. Si el 99,74% de las decisiones diarias las toma nuestro inconsciente, quizás deberíamos confiar un poco más en nuestros instintos o en lo que se llama Inteligencia Intuitiva. Esto no significa que no debas sopesar los pros y los contras, sino que también debes escuchar tu voz interior y actuar.

 


Añade un comentario de Cuanto más se preocupe por tomar la decisión "correcta", más miserable se sentirá con lo que decida
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.