Cuando el correo electrónico te despida

En Estados Unidos, el abuso del correo electrónico y la web en la empresa conduce al despido

Cuando el correo electrónico te despida

Utilizar los activos de la empresa como si fueran propios: esto, en esencia, es culpa de muchos empleados. Que por esta razón en los EE. UU. A menudo son despedidos en el acto. L 'Asociación Estadounidense de Administración (AMA) y el ePolicy Institute llevó a cabo una encuesta de una muestra de 304 empresas estadounidenses con el objetivo de identificar cuáles fueron las causas principales de los despidos.



El descubrimiento es que la causa más frecuente de despido en el maletero, incluso uno de cada dos casos, es el uso de herramientas informáticas con fines personales. no relacionado con el trabajo.

En primer lugar está el uso de Internet para visitar sitios pornográficos, una actividad aparentemente extremadamente común entre los empleados varones de empresas estadounidenses.

Después de enviar y recibir correos electrónicos personales, muchos empleados pasan gran parte de su tiempo en su escritorio escribiendo a amigos o familiares, introduciendo contenido no corporativo en su blog o comentando publicaciones de otros usuarios.

Estos comportamientos producen dos tipos distintos de daños a la empresa. El primero es exponer los sistemas informáticos al riesgo de contraer infecciones virales, comprometiendo el funcionamiento de la red y el software. El segundo daño que sufre la empresa es la pérdida de tiempo de trabajo. La conclusión es que yo los trabajadores saben que están siendo controlados y también que están arriesgando su trabajo.

No es casualidad que este tipo de despido sea poco probable que se impugne en los tribunales. De hecho, en los Estados Unidos, es más fácil ser contratado por otra empresa. La dinámica regulatoria que rige el uso de los recursos corporativos es muy similar en todo el mundo: el error en el que suelen caer los empleados es el de considerar un activo corporativo como personal, cuando este no es el caso.



No cabe duda de que es ilegítimo realizar controles más allá de los límites de la mera razonabilidad: no habrá 'autoridad', salvo en casos especiales, que permita el uso de sistemas invasivos de control personal. Pero las herramientas de trabajo, como activo material, están sujetas al control normal del rendimiento, y las herramientas informáticas y telemáticas no son una excepción.



Controlarlos no significa violar la privacidad, sino simplemente eludirla al declinar el control sobre los dispositivos y no sobre las personas que los usan.

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