¿Cómo dejar de interesarme por lo que otros piensan de ti?

¿Cómo dejar de interesarme por lo que otros piensan de ti?

Somos seres sociales. Las relaciones son una fuente de apoyo y crecimiento, por lo que necesitamos establecer vínculos con los demás, pero esto también nos hace sensibles a sus puntos de vista. A todos nos gusta sentirnos aceptados y validados. En cambio, no nos gusta sentirnos excluidos o rechazados. Hay ocasiones en las que ponemos demasiado énfasis en las opiniones de los demás, por lo que nuestra autoestima y emociones comienzan a fluctuar en función de la aceptación o el rechazo externo.


Por supuesto, tener en cuenta lo que los demás piensan de nosotros no está nada mal. Todos debemos ser conscientes de la imagen que proyectamos, la influencia que ejercemos sobre los demás y cómo nos ven. Sin embargo, tratar de complacer a los demás a toda costa, guardar silencio sobre lo que pensamos por temor a las críticas o relegar continuamente nuestras necesidades a un segundo plano para no ser rechazados puede hacernos extremadamente dependientes de las confirmaciones externas. Para no caer en estos extremos, es importante aprender a protegerse de opiniones poco saludables.


¿Cómo dejar de preocuparte por lo que los demás piensan de ti y evitar que te haga daño?

1. Mantenga la perspectiva

Nuestra tendencia al egocentrismo nos lleva a exagerar el interés que podemos despertar en los demás. En psicología, este sesgo egocéntrico se conoce como el "efecto de enfoque" y se refiere a nuestra tendencia a pensar que todos nos observan y nos juzgan. De hecho, un estudio realizado por la Universidad de Cornell encontró que la mayoría de las personas que vestían una camiseta con una imagen vergonzosa pensaban que llamaban mucho la atención, pero lo cierto es que pasaron desapercibidas. Todos tienen sus propias preocupaciones e inseguridades. Así que es probable que nos observen mucho menos de lo que suponemos.


2. Cuestiona tu pensamiento

Tendemos a creer que somos seres racionales, pero somos víctimas de varios sesgos cognitivos que distorsionan nuestro pensamiento. Por ejemplo, tenemos una tendencia a imaginar lo peor o filtrar los aspectos positivos de una situación y prestar atención solo a los negativos. O repasamos constantemente las palabras que nos dijeron y dejamos que sigan hiriéndonos. Por lo tanto, la próxima vez que nos demos cuenta de que estamos pensando demasiado en lo que otros han dicho, será mejor que tomemos una distancia psicológica y nos preguntemos si realmente somos objetivos o si es un truco de nuestra mente mantenernos preocupados por las opiniones de los demás. otros.


3. Eres el único dueño de tus emociones

Es importante entender que el daño u ofensa no está solo en las palabras que usan en contra nuestra, sino también en la forma en que las interpretamos y en la seriedad que les atribuimos. No podemos controlar las palabras y opiniones de los demás, pero sí tenemos control sobre nuestras reacciones y emociones. Si bien es difícil, especialmente cuando la crítica proviene de una persona cercana o importante, debemos aprender a dar un paso atrás y recuperar el control. Como dijo Eleanor Roosevelt, "nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento".

4. Muchas veces la crítica dice más sobre quienes critican que sobre quienes son criticados.

En un sentido general, para que la crítica sea asertiva y constructiva, debe enfocarse en el comportamiento, no en la persona. Cuando una persona nos ataca a nivel personal, es probable que esta actitud sea una proyección de sus propias sombras, de esas cosas que no ha integrado en su personalidad y no quiere reconocer. Por lo tanto, la crítica a menudo dice más sobre quienes critican que sobre quienes son criticados. Recordar que generalmente no es nada personal, pero que quizás se deba a que la persona está pasando por un mal momento o no es asertiva, nos ayudará a manejar mejor sus opiniones.


5. Fortalece tu identidad

Para dejar de preocuparse por lo que los demás piensan de usted, necesita aumentar su autoconocimiento. Cuando estemos seguros de quiénes somos y nuestros valores sean claros, buscaremos menos confirmación externa. Cuando tengamos claros nuestros objetivos y el camino que debemos seguir para alcanzarlos, los comentarios de los demás se reducirán a meras opiniones. La clave es entender lo que nos gusta y lo que queremos, atreviéndonos a tomar decisiones que nos permitan seguir adelante. De esta forma consideraremos las palabras de los demás como meras opiniones en lugar de tomarlas como críticas, y evitaremos que nos desestabilicen emocionalmente.


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