Codependencia: cuando amas demasiado, tal vez no amas

Codependencia: cuando amas demasiado, tal vez no amas

Hay quienes toleran y justifican las conductas abusivas o tóxicas de su pareja diciendo que lo hacen porque aman demasiado. Lo que ocurre en estos casos es en realidad una situación de codependencia, nacida de una profunda inseguridad y miedo al abandono. 

Codependencia: cuando amas demasiado, tal vez no amas

Última actualización: 19 de junio de 2022

Hay personas que están dispuestas a todo oa soportar cualquier humillación en nombre del amor. Parten de la premisa de que cuando se ama debe haber, ante todo, abnegación. El mecanismo de la codependencia es precisamente eso: dar amor sin condiciones y perdona una o cien veces si es necesario. Todo con el fin de no perder o disgustar a su ser querido.



Dentro de este grupo de personas encontramos, por ejemplo, a las madres que pagan reiteradamente las deudas de sus hijos. Saben que no está bien, pero justifican tal acción en nombre del amor. Pero también aquellas personas que abrazan a la misma pareja que les maltrató poco antes. No lo dejan, y si lo hacen, es para volver a estar juntos poco después. Según ellos, cuando se ama ninguna ofensa es capaz de romper el lazo que los une.

“La víctima depende del agresor, hay dependencia emocional. Pero el agresor también depende de la víctima, porque basa su autoestima en la dominación”.

-Ana Isabel Gutiérrez Salegui-

Lo cierto es que tales casos no son indicativos de un amor fuera de lo común, sino de una relación de codependencia. La persona siente un afecto desbordante e inmanejable, literalmente siente que no puede vivir sin el otro.

Por lo tanto, está dispuesto a hacer cualquier cosa para no romper ese vínculo.. Lo que destaca en estos casos no es un amor desapasionado por el otro, sino una falta de amor por uno mismo.



¿Amas demasiado o necesitas demasiado?

Una persona codependiente actúa inconscientemente sobre un principio: necesito que me necesites. Esta es su forma de construir vínculos significativos en la vida. Su naturaleza es "salvar" al otro., rentabilizando y mitigando las consecuencias negativas derivadas de sus actuaciones.

A esto se suma la falta de amor propio. Tus necesidades y deseos siempre pasan a un segundo plano, solo cuenta lo que el otro quiere o desea. Son personas dispuestas a sacrificarse, injustamente, convencidas de que cuando se ama, hay que entregarse al otro incondicionalmente.

Esta situación solo genera sufrimiento y ansiedad. Cuando amas mucho, corres el riesgo de tener problemas para dormir o experimentar un estado de inquietud constante, trastornos alimentarios u otros problemas. La persona dice que ama a la otra, pero tarde o temprano convierte su atención y cuidado en problemas de control, orientado a mantener al compañero atado a uno mismo.

La codependencia es la necesidad de sentirse esencial.

El sello distintivo de la codependencia es que, por un lado, está ahí una persona que tiene un fuerte deseo de sentirse útil o esencial. Alguien con una personalidad frágil y problemática, lejos de ser maduro o autónomo. Esto crea un vínculo en el que en un polo hay un individuo con carencias y dificultades, pero que no quiere ser responsable de sí mismo. Por otro lado, el socio asume una responsabilidad que no es suya.

Y aquí viene una simbiosis enfermiza. Una relación construida sobre el abuso mutuo y el acuerdo tácito: uno "se compromete" a no solucionar sus problemas, el otro a impedir que lo hagan, todo a cambio de un amor incondicional. Es una trama neurótica difícil de reconocer y analizar para quien la vive en primera persona.



El codependiente solo alimenta el comportamiento abusivo del empleado. Sus excesos de consumo, de ira, de pasividad, de todo. Así como sus preguntas excesivas. Todo esto le ayudará a no trazar un límite, porque nada asusta más al codependiente que la idea de no ser más necesario. En su cabeza, si la otra persona ya no necesita su protección, se alejaría de él.

Cuando amas demasiado, quizás en el fondo no sientas más que un fuerte miedo al abandono. En este tipo de "amor" gana el sufrimiento, no la felicidad. Son típicos de personas con deficiencias o abusos nunca elaborados que se remontan a la infancia.


Para salir de tal situación, es necesario reconocer que mucho de lo que uno siente o siente no es fruto del amor, sino del miedo. También debemos aprender a cultivar el amor propio en lugar de proyectar la falta de ese amor en el otro.

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