Celos patológicos: cuando se alcanzan extremos peligrosos

Celos patológicos: cuando se alcanzan extremos peligrosos

Celos patológicos: cuando se alcanzan extremos peligrosos

Última actualización: 18 de febrero de 2022

“Los celos son la máxima expresión de la propia inseguridad”.

Todos sentimos celos de vez en cuando. De hecho, es una reacción normal al sentimiento de que una relación que es importante para nosotros está de alguna manera amenazada. Los celos sanos le dicen a nuestra familia, amigos y pareja: "Eres importante para mí y no quiero que le pase nada a nuestra relación".


Sin embargo, así como existen los celos sanos y normales, existen los celos excesivos o crónicos. Este problema se llama celos patológicos.


¿Cómo podemos saber si se trata de celos patológicos?

En la mayoría de los casos, los celos patológicos se dan entre marido y mujer o entre parejas en general. El celoso patológico se aferra a la idea delirante de que su pareja es desleal, sin considerar que no hay evidencia que sustente su conclusión. Quienes padecen celos patológicos creen que tienen el control de su pareja y están obsesionados con vigilar, perseguir e intentar "atrapar a su pareja en el acto".

Los celos patológicos pueden presentarse tanto en hombres como en mujeres, pero es más común y más peligroso en el caso de los hombres.

A diferencia de los celos normales, los celos patológicos pueden durar años. Los celos patológicos suelen desencadenarse en hechos insignificantes para acusar a su pareja de infidelidad y no están dispuestos a cambiar su punto de vista cuando se encuentran con pruebas lógicas que demuestran que están equivocados.

En los casos más crónicos la pareja con celos crónicos llega a extremos muy peligrosos, comienza a ser violento con su pareja y/o con la supuesta amante. También es común que el celoso patológico intente hacerse daño. Generalmente les ocurre a personas con personalidades paranoicas o muchas veces este problema va acompañado de otras psicosis o trastornos como, por ejemplo, un trastorno obsesivo compulsivo.



Causas y tratamientos

Tom Valeo, en su artículo Cuando una droga lleva a sospechas de infidelidad, dice que ha visto casos de celos patológicos en varios pacientes con Parkinson. Aunque no es muy común, los celos patológicos se han observado como un efecto secundario provocado por fármacos para estimular la producción de dopamina en personas con Parkinson.

Asimismo, la cocaína, la metanfetamina u otras drogas que producen un aumento rápido de la dopamina pueden producir un efecto similar. En estos casos los celos patológicos se han combatido con gran éxito simplemente reduciendo las dosis de la droga en cuestión o superando la adicción a la sustancia estupefaciente.


Desafortunadamente, en la mayoría de los casos de celos patológicos no es tan fácil lidiar con el problema. Los celos patológicos también ocurren en personas con esquizofrenia, neurosis, trastorno bipolar y pacientes con daño en el lóbulo frontal derecho. También es común en alcohólicos y personas que sufren de disfunción sexual.

En última instancia, los celos ocurren cuando la persona se siente insegura, cuando no se siente amada y tiene un intenso deseo de estar en una posición de control. 

Para que un celoso patológico reciba la ayuda necesaria es fundamental consultar a un psicólogo, psiquiatra o incluso sexólogo. En algunos casos, una terapia que incluya a ambos miembros de la pareja puede ofrecer grandes beneficios. Un profesional de la salud podrá realizar una valoración completa para determinar las causas y así indicar el mejor tratamiento.


Imagen cortesía de Mike Hoff.

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