Carta de un padre que aprendió a crecer con su hija

    Carta de un padre que aprendió a crecer con su hija

    Carta de un padre que aprendió a crecer con su hija

    Última actualización: 16 de junio de 2017

    Ella nació ayer y hoy, en unas horas, comenzará la universidad. Ayer me dijeron que iba a ser padre, poco después estaba gateando y hace unos minutos tomó su primera lección de autoescuela. Ayer nos miraba como quien mira a los dioses y hoy como quien mira a las personas de las que conoce todos los defectos, a fondo. Entre estos dos momentos sólo pasó una noche, una noche en la que me quedé pensando, aturdido, mientras la veía crecer...



    Creciendo en momentos, porque en otros tenía que salir para ir a trabajar. En otros me necesitaban sus hermanos, los míos, mis amigos o mis padres; su madre, y yo, yo también me he necesitado a veces. Llegué tarde a casa o no podía pensar en ninguna historia. Como esto, ha salido de la era de las historias inventadas para empezar a experimentar de primera mano cómo la realidad puede ser infinitamente más cruel, y a la vez encantadora.

    Ayer había depositado en ella un sinfín de esperanzas. Esperanzas que eran todas mías y de las que ella no había dicho nada, excepto señalar la botella cuando tenía sed o llenarse la boca con lo que le pasaba cuando tenía hambre. Hoy mis esperanzas siguen siendo mías, pero la verdad es que ella construyó las suyas y tuve que aceptarlas.. Es un proceso que me costó toda la noche.



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