Cada máscara tiene un agujero por donde se escapa la verdad.

Cada máscara tiene un agujero por donde se escapa la verdad.

Cada máscara tiene un agujero por donde se escapa la verdad.

Última actualización: 02 de mayo de 2016

A la mayoría de la gente le gusta el Carnaval: disfrutamos usar una máscara o incluso dos durante las festividades. Nos gusta dedicar esa época del año a esconder la verdad, a fingir ser lo que no somos, a escapar interpretando a otro personaje o encontrándonos en otras caras de la realidad y la fantasía.



Pero quizás no nos demos cuenta de que, aunque no sea Carnaval, seguimos usando una máscara, tanto cuando estamos frente a los demás como frente a nosotros mismos. Lo que otros ven de nosotros es solo una imagen, que trata de ser lo mejor que puede ser cuando está en público.. Lo hacemos por miedo a estar solos, quizás, o simplemente porque seguimos reglas sociales que nos obligan a escondernos tras disfraces más o menos elaborados.

“Lo terrible es que, si quieres establecer contacto, si quieres comunicarte con los demás, tienes que inventarte un personaje que pueda comunicarse, que no es la misma persona que está dentro de ti. Y poco a poco empiezas a creer cada vez más en ese personaje, te olvidas de la persona y crees en el personaje".

-Manuel Puig-

Cuando la máscara revela la verdad más que el rostro

Ciertamente una máscara es un disfraz, un objeto que oculta nuestro verdadero rostro y distorsiona nuestra apariencia física. Pero precisamente por eso, a nivel metafórico, una máscara es también una forma de cubrir nuestra personalidad y mostrar una identidad diferente a la real.

Una de las causas inconscientes más frecuentes de la necesidad de presentarnos a los demás como lo que no somos es el miedo a no ser respetados, amados o aceptados. Es normal fingir un poco y no ser del todo honestos, porque nos sentimos más aceptados por los demás cuando somos lo que esperan de nosotros.



Esconderse es una reacción humana inicial que se produce por el miedo a ser juzgado, como te acabamos de decir. Podemos ser ácidos por miedo a mostrar nuestra vulnerabilidad; comportarnos educadamente, porque estamos interesados ​​en mantener nuestro trabajo; suavizar nuestro punto de vista para ser más diplomáticos, etc.

En lugar de pretender ser, ¡sé lo que pretendes!

A veces nos esforzamos tanto en fingir que no nos damos cuenta de que sería mucho mejor aceptarnos tal como somos y tratar de mejorarnos a nosotros mismos.. Es mucho más natural para nosotros mentir y no ser naturales, movernos en la superficialidad.

Este mecanismo, sin embargo, nos lleva a crear un ambiente basado en las apariencias, que cuentan mucho más que los sentimientos reales: nos dejamos llevar por prejuicios, imágenes y suposiciones. Sería bueno, sin embargo, aprender a quitarse la máscara y mirar lo que hay debajo, cuando encontremos una frente a nosotros.

La mejor manera de quitarlo es conocernos a nosotros mismos y darle una oportunidad a nuestra esencia. De esta forma, podremos presentarnos a los demás sin trucos, pero solo con nuestra magia. Sin ilusiones y sin juicios infundados seremos más felices, porque le daremos a cada persona y cada cosa el lugar que se merece en nuestra vida.

En algunos casos la máscara no cubre, pero revela

Debemos saber que, contrariamente a lo que solemos creer, esa máscara que creíamos tan segura tarde o temprano se caerá o empezará a desmoronarse. Y, de esos pequeños agujeros, saldrá toda la verdad de nuestra esencia. Esto es lo que le pasa a mucha gente: las máscaras los delatan, porque el tiempo los traiciona.


En otras palabras, cuanto más nos involucremos en la construcción de nuestro disfraz, más ese disfraz terminará pareciéndose a nosotros. Lo peligroso de todo esto es que no solo nos estaremos engañando a nosotros mismos, sino que también estaremos engañando a los demás. Las relaciones deben basarse en la sinceridad y la confianza, y pretender ser quienes no somos socava estas dos virtudes.


A todos os habrá pasado al menos una vez estar decepcionados por una persona que creísteis conocer, y que por alguna razón ya no es “lo que pensábamos”. Lo que puede haber sucedido es que la verdad ha salido a la luz y que ahora son visibles algunos rasgos de su personalidad que antes intentaba ocultarte.


“Cuando nos miraba, parecía estar buscando la verdad dentro de nosotros. Parecía saber que detrás de todo hay algo más".

-Clara Sánchez-

Añade un comentario de Cada máscara tiene un agujero por donde se escapa la verdad.
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.