Autocontrol: una habilidad que puedes perfeccionar

Autocontrol: una habilidad que puedes perfeccionar

Autocontrol: una habilidad que puedes perfeccionar

Última actualización: 24 de febrero de 2015

El autocontrol es la capacidad de controlar nuestras emociones, especialmente las fuertes como la ira. Apelamos a nuestra capacidad de autocontrol cuando, por ejemplo, necesitamos concentrarnos en una tarea sin distraernos. Pero, ¿qué sucede cuando sentimos que a menudo no lo logramos? ¿Cómo podemos fortalecer el dominio propio? ¿Qué aspectos debes tener en cuenta para trabajarlo?

Al igual que ocurre con otras emociones, la ira también nos ayuda a responder adecuadamente a los estímulos de acuerdo con nuestra cultura y lo que sucede a nuestro alrededor. Sin embargo, cuando lo experimentamos durante demasiado tiempo y nos dejamos llevar por él, nos lleva a realizar acciones de las que luego nos arrepentimos y esto mina nuestra autoestima y se convierte en un obstáculo para lograr nuestros objetivos. Por eso es importante reflexionar sobre ella, tener el coraje de cuestionarla y afrontar sus respuestas.



La ira surge de repente ante un hecho que nos frustra y nos impide distinguir y pensar las cosas con claridad. Suele relacionarse con agresiones sufridas, reales o no, o con una limitación a nuestros deseos y/o derechos. Si nos tomamos el tiempo suficiente para analizar lo que sentimos dentro de nosotros mismos, notaremos que muy a menudo la ira encubre otras emociones, como la tristeza tras una decepción o incluso el miedo a sufrir.

A menudo tendemos a relacionar la palabra autocontrol solo con la limitación del comportamiento inconveniente. Sin embargo, trabajar esta habilidad también significa asumir actitudes que influyan positivamente en la probabilidad y forma en que suceden las cosas a nuestro alrededor.

Durante la terapia psicológica para fortalecer el autocontrol., también se analiza la capacidad de observar el propio comportamiento, con el fin de reconocer y comprender cuáles son los aspectos problemáticos, así como las características de las situaciones en las que perdemos el autocontrol.. Nuestro papel en el proceso de cambio y aprendizaje se alía con la motivación y los beneficios de fortalecer el autocontrol.



El secreto está en aceptar que un determinado comportamiento que no nos gusta es parte de nosotros, reconociéndonos responsables de nuestros actos, sin justificarlos y sin culpabilizar o reprochar a alguien más. Cuando reconocemos que podemos elegir, inmediatamente nos sentimos más tranquilos y es menos probable que perdamos el control. Si queremos hablar de autocontrol, las nuevas pautas que adoptaremos no deben responder a presiones externas.

Ejercicio

* Escribe en un papel 2 o 3 situaciones relativamente recientes en las que hayas experimentado una emoción fuerte. Incluya al menos uno en el que considere que ha podido comunicar adecuadamente sus sentimientos y uno en el que no lo haya hecho. ¿Qué diferencias notas?

-> Cuando te encuentres en una situación estresante, cuenta hasta 10 antes de responderle a alguien y piensa cómo te gustaría que se comportara contigo si estuvieras en su lugar.


-> Si estás muy cansado, lo mejor es intentar posponer la conversación. Algunas personas creen que es más útil continuar y pensar en todo de inmediato incluso cuando están exhaustos, pero a veces es mejor tomarse un momento para reflexionar.

-> Los ejercicios de relajación, integrados en tu rutina diaria, son una herramienta realmente útil.

Cuando trabajes sentimientos como la ira, podrás cambiar sustancialmente situaciones que hoy son problemáticas, asumiendo una nueva actitud. Fortalecer la capacidad de autocontrol es un camino de comprensión y conexión con nuestra forma de concebir el mundo, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.


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