Aprende a no huir de las emociones

Aprende a no huir de las emociones

Aprende a no huir de las emociones

Última actualización: 16 octubre, 2019

Las emociones tienen voz, nos hablan y revelan cómo nos sentimos. Las emociones nos hacen comprender en cada momento lo que necesitamos. ¿Qué pasa si no les prestamos atención? ¿Si los ignoramos? Podemos apagar sus voces, pero no sus necesidades.

Vivimos rodeados de prisas, de ganas de pasar rápido a otras cosas, de “no te preocupes”, de “lo que tienes que hacer es…”, de “ignorarlo”, “olvidarlo”, “intentar no para pensarlo"... Todas las emociones tienen una función adaptativa, si no las escuchamos se quedan ahí y volverán con más fuerza cuando necesiten salir de nuevo. Y a menudo, esto sucederá en momentos inoportunos.



Por ejemplo, la tristeza nos está diciendo que tenemos que parar y estar solos, por eso no queremos salir a ver gente. La alegría, por otro lado, nos empuja a salir y socializar. El dolor nos va advirtiendo de posibles peligros para nuestro cuerpo, mientras que el miedo nos mantiene alerta y nos protege.

Aprendiendo a escucharlas y a no huir de ellas, seremos capaces de comprender de qué emociones nos advierten. De esta forma, podremos descubrir una parte de nosotros escondida o necesitada que nunca hemos podido satisfacer.

¿Qué sucede cuando silenciamos las emociones?

Todas las emociones, en su justa medida, son adecuadas y funcionales. El problema surge cuando llegan a límites que no son tolerables para la persona o cuando le impiden seguir su camino. Esto sucede cuando no les prestamos atención, cuando intentamos minimizarlos o evadirlos.

Como decíamos antes, las emociones tienen voz. Entonces, ¿qué sucede cuando silenciamos las emociones funcionales? Apaguemos sus voces, pero hacerlo ciertamente no eliminará el problema que los provocó. Si aprendemos a escucharlos, podremos saber lo que nos dicen, lo que les permitirá cumplir su función y dejar espacio a las emociones posteriores.



Escapar de las emociones significa silenciarlas, esconderlas o contenerlas con el único objetivo de hacerlas pasar rápido para estar siempre felices y contentos, viviendo la vida al máximo. Es una práctica muy peligrosa ya que nos “obliga” a llevar mascarillas. Los usamos porque nos sentimos obligados, muy a menudo por nosotros mismos, a pintar en nuestros rostros emociones muy diferentes a las que realmente sentimos.

Detenernos y sentir, cerrar los ojos y escuchar, darnos lo que las emociones nos dicen que necesitamos, reflexionar con nosotros mismos, darnos un minuto de soledad como sugiere la tristeza -o evaluar opciones para no caer al vacío, como el miedo. Son cosas que nunca podremos saber si intentamos por todos los medios silenciar nuestras emociones, incluso recurriendo a ansiolíticos o antidepresivos.

Para evitar que surjan en una explosión que podría ponernos en peligro, el consejo es escuchar nuestras emociones para evitar que parezcan aún más fuertes que antes. Una fuerza que podría volverse incontrolable para nosotros, hasta el punto de obligarnos a recurrir a ayuda externa.

Aprende a escuchar las emociones

Vivir en armonía significa abrir nuestros sentimientos. Vivimos en sociedades en las que nos adaptamos al papel de seres sociales. Pero antes somos seres completos, que necesitamos una estructura personal bien formada y estable que se adapte al medio externo.


Las emociones son parte de nosotros, pero no son "nuestras". Van y vienen, algunos se quedan un poco más mientras que otros solo nos acompañan en determinados momentos. Ya sea bueno o malo, las emociones no son eternas. La emoción por definición tiene una duración limitada; por el contrario, hablaríamos de estados emocionales y no de emociones.


De vez en cuando, deberíamos preguntarnos cómo nos sentimos y qué emociones estamos sintiendo en ese momento en particular. Esto nos ayudará a entender lo que nos está pasando y conectar con nuestras emociones. Al dejar de huir de ellos, lograremos un equilibrio donde podremos construir nuestro bienestar. Un equilibrio basado en la idea de que ninguna emoción es dañina en sí misma, sino que, simplemente, su voz cuenta algo relacionado con lo que nos está pasando.


Añade un comentario de Aprende a no huir de las emociones
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.