Última actualización: 17 2015 noviembre
Y tú, ¿cuántos amigos tienes?
Hay gente que se enorgullece de tener ejércitos de amigos, nombres para coleccionar en las redes sociales, de individuos que apenas conocen, pero que, sin embargo, siempre están dispuestos a dar un "me gusta" en cada una de sus publicaciones.
Los buenos amigos no son solo nombres o fotos en tu celular. Son personas que escuchan nuestras palabras y saben interpretar nuestros gestos.
Son vidas que encajan perfectamente en nuestros rincones vacÃos, voces que llenan nuestros peores momentos y hasta los más bellos, son risas que relativizan los problemas y personas con las que construir nuestros dÃas.
Bueno… ¿cómo podemos definir a los buenos amigos? No pienses en favores. La amistad no se basa solo en "tú me das y yo te doy". A veces, además del apoyo, la diversidad y la ayuda justa, una buena amistad, una gran amistad también se basa en el silencio, el espacio y el tiempo.
Reflexionemos sobre esto.
El lenguaje del silencio
Seguro que te habrá pasado al menos una vez. Estar con un grupo de personas y sentirse incómodo cuando cae el silencio.
Es en esos momentos cuando surgen los comentarios vacÃos y los vacÃos que llenar con palabras, esos momentos en los que se examinan los rostros de los demás, sin saber qué hacer.
Es algo que no solo sucede con extraños. Hay veces que sentimos este mismo malestar con familiares o compañeros. Bueno… ¿a qué se debe?
A la falta de confianza y la ansiedad. Es como si estos silencios abrieran las puertas a esos pensamientos silenciosos que nos asustan. ¿Está pensando mal de m� ¿Que piensas de mi?
Con buenos amigos esto no sucede. También podemos decir, a modo de reflexión, que la gente valora muy poco el valor del silencio.
Donde las almas descansan en paz, donde la complicidad adquiere un auténtico significado. Somos personas que no necesitamos palabras para estar juntos, para sentirnos bien. Los silencios son cómodos con las personas que amamos porque nos permiten ser nosotros mismos, con toda nuestra autenticidad, sin ser juzgados.
La inexistencia del tiempo.
"¿Qué te ha pasado?" parece que te has olvidado de todos, siempre estas solo y nunca te haces escuchar!
Tal vez algunos de tus amigos sean asÃ. Deja pasar un dÃa sin ser escuchado, sin motivo alguno, simplemente porque te dio la gana o porque no sentiste la necesidad de estar en contacto a cada momento. Y aquà enseguida aparecen los reproches.
Asà es, hay quien no entiende este tipo de cosas. Hay quien piensa que la amistad es como un programa de noticias, que siempre hay que estar al dÃa, comunicar cada pocas horas lo que hacemos, lo que pensamos o cómo existimos.
Cuando aparece la presión de la obligación, ya sentimos ansiedad. Porque quien no respeta los tiempos de intimidad y la desconexión no comprende el verdadero valor de la amistad.
Hay personas que, por diversas razones, laborales o personales, se mantienen distantes durante meses o años, pero cuando se reencuentran, redescubren esa mágica complicidad que ilumina nuestros corazones. Es como si el tiempo no hubiera pasado, porque el sentimiento es el mismo.
Le ha sucedido esto a usted?
Espacios propios, espacios comunes
PodrÃamos decir que el problema es que muchas personas no saben gestionar bien la soledad, las emociones y no respetan los espacios personales de los demás.
Todos tenemos o hemos tenido amigos que necesitaban un contacto continuo en todo momento, para compartir continuamente pensamientos, miedos, angustias… Y, en realidad, hacÃamos todo lo posible para estar ahà siempre.
Poco a poco nos dimos cuenta de que esas personas tenÃan pocas habilidades para manejar sus propios problemas, hasta el punto de proyectar sus miedos y negatividad en los demás.
Y sin ninguna duda, harÃamos todo por ellos, pero con un lÃmite: que respeten nuestros espacios personales, nuestra identidad y nuestro equilibrio emocional.
Las personas no pueden hacerse cargo de todas las piedras que otros encuentran en su camino, para juntarlas con las suyas, porque nos imposibilitarÃan continuar en nuestro camino de vida.