Ámate a ti mismo para amar mejor a los demás

Ámate a ti mismo para amar mejor a los demás

Me atrevería a apostar que el concepto de "Ámate a tí mismo“Ni siquiera se te ha ocurrido en los últimos años. Esto es normal dado que cada día tenemos que afrontar tantas actividades y situaciones que muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos, relegándonos así a un segundo nivel para dedicarnos por completo al trabajo y a las personas que amamos.

A lo largo de los años, he notado que las personas que generalmente sufren de depresión, ansiedad y estrés suelen ser las más diligentes, trabajadoras y desinteresadas. Esto es perfectamente comprensible, ya que estas personas siempre terminan sobrecargándose de
actividades que les provocan un enorme estrés físico y emocional.



Amarte a ti mismo no significa ser egoísta

Mucha gente piensa que preocuparse por su salud emocional significa ser egoísta. Nada más lejos de la verdad. Cuidar de sí mismo le permitirá ayudar mejor a los demás. Si lo piensa: ¿Cómo puede ser más productivo o cuidar de los demás si no se preocupa primero por su bienestar? En resumen, si no estamos feliz y satisfecho ¿Cómo transmitir felicidad y satisfacción a quienes nos rodean?

Si queremos ayudar a personas cercanas a nosotros o estamos pensando en involucrarnos en un proyecto laboral importante, antes que nada debemos asegurarnos de que disponemos de la energía y los recursos psicológicos necesarios para afrontar las necesidades que irán surgiendo en el camino.

Para cuidarte debes aprender a escuchar tu cuerpo y tus emociones. Nuestro cuerpo nos envía señales todo el tiempo para decirnos que algo no está funcionando; solo tenemos que prestar atención. Del mismo modo, la tristeza, la ira o la frustración son señales emocionales de que existe un problema subyacente, un problema sin resolver.



Piense en su salud emocional y la necesidad de cuidarse a sí mismo como si fuera el caso de la salud de una enfermera. Si la enfermera tiene gripe pero continúa trabajando sin cuidarse, eventualmente infectará a los pacientes con los que entre en contacto. Por eso, siempre es recomendable tomarnos el tiempo de mirar dentro de nosotros mismos y hacer todo lo posible para resolver los problemas pendientes con el fin de recuperar fuerzas.

Aprender a recibir

Si bien puede parecer contradictorio, a veces las personas que se preocupan demasiado por los demás a menudo sufren del "síndrome de Superman", es decir, creen que pueden hacer cualquier cosa. Incluso si siempre están dispuestos a ayudar a los demás, es difícil para ellos pedir ayuda e incluso rechazarla cuando se la ofrecen. Como puedes imaginar, con esta actitud solo llegan a sobrecargarse de actividades que acabarán por presentarles la factura.


Pero para ayudar a otros de manera eficaz, también debemos aprender a recibir, aceptar ayuda cuando la necesitamos y reconocer nuestra vulnerabilidad. Para que podamos ponernos en el lugar del otro y ser más empáticos.


Dar y recibir ayuda nos hace más humanos, nos pone al mismo nivel y nos acerca emocionalmente unos a otros. No lo olvidemos.

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