Ama y odia a tu pareja: ¿cómo es posible?

Ama y odia a tu pareja: ¿cómo es posible?

El amor y el odio comparten la misma área cerebral. Esto explica por qué a veces odiamos con toda el alma a la persona que amamos. Es una experiencia emocional tan común como sorprendente.

Ama y odia a tu pareja: ¿cómo es posible?

Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.

Última actualización: 28 2022 noviembre

Hay momentos en los que parece que amamos y odiamos a nuestra pareja, y esta contradicción nos desespera. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo es posible que los seres humanos experimentemos al mismo tiempo emociones tan opuestas y contradictorias?



Bueno, es interesante saber que la ciencia argumenta que es normal mirar a tu ser querido y que a veces no te guste.

La gran mayoría de nosotros estamos familiarizados con este sentimiento. Una discusión acalorada, un malentendido o un choque de personajes pueden provocar momentáneamente sentimientos negativos.

La verdad, sin embargo, es que podemos tener estos sentimientos contradictorios incluso cuando la pareja no ha hecho nada. Solo piensa que la vida sería menos complicada si no estuvieras enamorado o que hicimos demasiados sacrificios por la relación de pareja.

Sin arrepentirse de nada, es común que surja ese sentimiento paradójico, extraño y contradictorio. ¿Cómo explicas la tendencia a amar y odiar a tu pareja al mismo tiempo?

"Lo opuesto al amor no es el odio, es la indiferencia".

-Elie Wiesel-

Amar y odiar a tu pareja: posibles causas

Hay momentos en que amamos y odiamos a nuestra pareja. Sin embargo, esta experiencia emocional no es tan loca o sobrenatural como pensamos.

Amamos a nuestros padres y a nuestros hijos por encima de todo, sin embargo, hay momentos en que nos envían alboroto. Por ello es prioritario desarrollar al máximo nuestra inteligencia emocional.



Debemos aprender a aceptar nuestros sentimientos contradictorios. porque ellos también forman parte de nuestro repertorio emocional. Esta compleja red de sensaciones, percepciones y emociones opuestas y caóticas también nos hace humanos.

Porque solo en los cuentos de hadas las personas se aman imperturbablemente y eternamente. En la vida real, tenemos que lidiar con la contradicción, los conflictos diarios y los altibajos existenciales necesarios para crecer.

La fina línea cerebral entre la pasión y la aversión

En un estudio realizado en 2009 en el University College London se revelan datos interesantes. Cuando los investigadores analizaron los "circuitos de odio", descubrieron que el amor romántico comparte las mismas áreas con esta emoción. Nos referimos al putamen ya la ínsula.

Semir Zeki, neurobiólogo y autor de este trabajo, señaló que si bien entendemos el odio como una emoción negativa que debe ser reprimida, lo cierto es que comparte algunas estructuras neurológicas con amor.

El amor y el odio estimulan intensamente la actividad cerebral y al involucrar las mismas áreas podemos sentir ambas emociones al mismo tiempo y por la misma persona.

Recordamos que a veces incluso podemos odiarnos a nosotros mismos. El ser humano se define por esa constante contradicción que va del afecto a la desafección, de la pasión a la aversión, pero generalmente son experiencias ocasionales y efímeras que no alteran la identidad ni la autoestima.

Amar y odiar a la pareja, el dolor de la disonancia cognitiva

Sentir amor y odio por tu pareja te lleva a cuestionarte a ti mismo e incluso a tu propio equilibrio psicológico. Esto sucede por varias razones, incluida la obsesión común de que todas nuestras creencias e ideas sean consistentes.


Cuando sentimos cierto rechazo e incluso ira hacia un ser querido, entramos en conflicto y aparece esa angustia llamada disonancia cognitiva.


Este término se refiere a la falta de armonía interior que se siente cuando uno siente una cosa y hace lo contrario o cuando las creencias y las emociones entran en contradicción.


Necesitamos racionalizar estas situaciones y aceptar los sentimientos conflictivos. También hay que tener en cuenta otro hecho. En las relaciones humanas, los sentimientos ambivalentes son efímeros, es decir, duran muy poco.

Y por lo general, el amor siempre prevalece. La emoción del odio es volátil y desaparece como el humo que se cuela por una ventana abierta.

No somos perfectos y nuestras emociones tampoco

Podemos amar y odiar a nuestra pareja porque nos encontramos con que no es el ser ideal y perfecto que pensábamos al principio. Nadie es. Todos diferimos en personalidades, pasatiempos, fortalezas y debilidades, por lo que a veces chocamos.

Sentir pasión y desamor a la vez es una manera de descubrirnos a nosotros mismos, y luego trabajar en esas pequeñas diferencias y lograr la preciosa armonía.


Después de todo, el amor vive en una rueda emocional que va de la admiración al resentimiento, del encanto a la monotonía, del entusiasmo al desánimo. Pero hay dimensiones para eso. Siempre prevalecen (o deberían prevalecer) y son el cariño, la comprensión, el cuidado, la empatía.

Debemos aprender a aceptar que nada define al ser humano como la ambivalencia puntual, la contradicción efímera.

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