3 manifestaciones de violencia a través del lenguaje

3 manifestaciones de violencia a través del lenguaje

3 manifestaciones de violencia a través del lenguaje

Última actualización: 17 marzo, 2017

La violencia en el lenguaje es una de las formas más negativas de agresión. Por un lado, las palabras tienen el poder de dejar marcas que repercuten incluso muchos años después. Por otra parte, la violencia en el lenguaje suele estar bien arraigada y/o socialmente legitimada. No es tan visible como la violencia física, por lo que es más difícil que se produzca una intervención.



Las palabras no dejan marcas físicas.. Por eso, suele haber un halo de impunidad frente a ellos.. Muchos argumentan que no han dicho nada malo o que han sido malinterpretados o que lo que se dice con ira no debe tomarse en serio. Lo cierto es que las palabras violentas equivalen a golpes, a menudo muy fuertes, infligidos en el alma. Por esta razón, no son elegibles.

"Desconfío de lo incomunicable: es la raíz de toda violencia"

-Jean Paul Sartre-

El lenguaje violento daña a las personas y deteriora las relaciones. Después de ciertas palabras o frases agudas, una relación nunca volverá a ser la misma. Se traspasa la barrera del respeto y la consideración que el otro merece, por eso hieren y dejan cicatrices. A continuación hablaremos de tres manifestaciones de violencia expresadas a través del lenguaje.

Animalizar: una clara expresión de la violencia

Si bien es una comunicación en la que la violencia es evidente, lo cierto es que está muy presente en el lenguaje cotidiano. Hay quienes optan por decir que el otro es un cerdo, un burro o una bestia. El cerdo para aquellos que son poco elegantes o que tienen un alto índice de masa corporal. El burro cuando se habla de alguien que no es muy bueno en la escuela. La bestia para los que se equivocan o usan la fuerza sin pensar.



Es totalmente normal utilizar estas palabras que se han convertido en parte del lenguaje común.. Están socialmente aceptados y, de hecho, no se puede decir que sean muy agudos, a menos que se repitan con frecuencia o se acompañen de otros indicadores de desprecio.

Las personas también se animalizan. No dicen que trabajan duro, pero "trabajan como un buey". No dicen que se sienten explotados por los demás, sino que son “la mula de carga” de los demás. El aspecto más negativo es que despojan a la persona de su condición humana. Si se usan con frecuencia, estas palabras validan una especie de "ley de la selva" en la que el respeto ya no importa..

Uso de la hipérbole para las emociones negativas.

Es común en personas que están muy ansiosas o abrumadas por la ira. Deciden expresar todos sus sentimientos o emociones negativas en términos gigantescos. No solo dicen que les molestó que el otro desordenara la mesa. En cambio, se expresan diciendo que están indignados y que la extrema imprudencia del otro les revuelve el estómago.

No sienten ira, sino ira o furia. No se sienten tristes, pero se sienten heridos en el alma o como si hubieran recibido una puñalada en el pecho.. Siempre eligen las formas más extraordinarias de expresar el dolor, la ira o la angustia. Su propósito no es expresarse, sino violar al otro con esas expresiones.

Lo malo es que esas hipérboles acaban provocando el efecto contrario.. En lugar de impresionar a los demás, terminan adormeciéndolos.. Pueden tener algún efecto al principio, pero si se convierten en una fórmula de hábito, pierden su aparente eficacia. De esta forma, los demás, tarde o temprano, terminarán haciendo oídos sordos al escuchar esas expresiones.


La eterna repetición: el canto

La extrema repetición de denuncias o quejas constituye una forma expresiva que pertenece a la violencia del lenguaje. Insistir con las mismas fórmulas para quejarnos equivale a intentar marcar a los demás con nuestras palabras. Estigmatizarlos o limitarlos a un significado.


El discurso reiterativo es un método unilateral de comunicación. Sin embargo, más allá de esto, es también la intención de imponer significado. Lo peor es que es un intento hecho por la vía primaria - inoculando las palabras en la conciencia del otro - y por eso mismo anula al interlocutor. Lo reduce al objeto de un mensaje único, de una marca.

Cualquiera de las tres formas, la animalización, la hipérbole y el "canto", son formas de estropear la comunicación. En estos, los significados se distorsionan o se pierden. No son expresiones destinadas a promover la comprensión, sino que son dispositivos del lenguaje cuya función principal es la agresión.


Piénsalo, ¿haces uso de alguna de estas tres formas de comunicación? Si la respuesta es afirmativa, te invitamos a poner un cartel al inicio del camino que diga "Prohibido pasar". Para ti y los que te rodean.

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