3 consejos para superar el final de un amor

3 consejos para superar el final de un amor

3 consejos para superar el final de un amor

Última actualización: 02 2016 noviembre

El final de un amor provoca una profunda tristeza y una gran desesperación que derivan de la imposibilidad de vivir plenamente una relación de pareja con alguien a quien se ama. Tal vez a ti también te pasó, la otra persona nunca te amó ni lo hizo, pero este sentimiento se ha desvanecido.. Entonces te encuentras en una situación en la que no puedes resignarte, pero tampoco puedes conseguir lo que quieres. Una situación que lleva el nombre de "resentimiento".



Como ocurre con otras situaciones de la vida, el mal de amores también implica un proceso de reflexión, interiorización y crecimiento. Por ello, como afirma el neurólogo Leonardo Palacios, "El mal de amores es en general un sentimiento de tristeza y tiene tres fases: negación, culpa y aceptación".

La negación, según el experto, se caracteriza por el intento de recuperar lo perdido o parte de lo perdido. La culpa, en cambio, se manifiesta cuando se quiere encontrar a alguien responsable de lo sucedido. Finalmente, la aceptación implica el consentimiento, la aprobación y la comprensión de la ruptura final.

Sin embargo, vale aclarar que estas tres fases no siempre se manifiestan y superan con éxito. Impide o entorpece el normal desarrollo de una persona con respecto a su vida social y afectiva.. Para evitarlo, te daremos tres sencillos consejos que te ayudarán a encontrar el camino de vuelta para superar el mal de amores.

Comprender que los amores tienen un principio y un final

Quizás lo más desconcertante del amor es que, como tantos otros aspectos de la vida, tiene un principio y un final. Incluso los amores más grandes y completos del mundo deben terminar, con la muerte, por ejemplo.. Esto conduce al final de la historia y, en consecuencia, a un gran dolor.



Hoy en día no es necesario ir a la muerte para comprender que, en general, los amores son efímeros y fugaces. Quizás esto encuentre su razón de ser en el dinamismo y la personalidad de las generaciones contemporáneas: todo es rápido, todo pasa, nada dura... El problema es que a veces una historia que aparentemente nace para terminar pronto termina quedándose en el corazón.

No importa cuáles sean las expectativas: el amor es siempre un territorio incierto. Y, por una u otra razón, seguramente cuando hay amor, también hay dolor en alguna medida, porque tarde o temprano, por una circunstancia X o Y, el amor se acaba. Es una realidad ineludible.

Un clavo no saca otro clavo

La preocupación de estar con alguien, quizás sin saber muy bien por qué, nos hace cambiar de pareja con la misma frecuencia que nos cambiamos de ropa. Y cuando una persona no experimenta el dolor de una ruptura amorosa, en vez de solucionar el problema, añade otro a su vida.

Porque no es cierto que “clavo saca clavo”, como dice el refrán. Con otro clavo, de hecho, el otro se hunde aún más, agrandando la herida. El problema es que te arriesgas a entrar en una cadena de nuevos amores y nuevas rupturas que al final no dejan más que un profundo sentimiento de vacío, si no depresión o ansiedad.

Hacer una nueva vida desde el punto de vista del amor es absolutamente positivo. Para  volver a amar de una manera saludable, sin embargo, debemos aprender de experiencias pasadas. De lo contrario, está claro lo que puede pasar... Generalmente se dice: “quien no conoce la historia está condenado a repetirla” y en este caso se trata de su propia historia.


Los grandes amores no se olvidan de la noche a la mañana

El mal de amores es una experiencia difícil. Sin embargo, es importante vivirlo o al menos intentarlo en varias ocasiones. Esto le permite crecer y madurar. Además, no debemos olvidar que la verdadera lección muchas veces no se aprende de los libros (que sin duda son un gran apoyo), sino de las experiencias de la vida. Atención, experiencias bien vividas.



El dolor es un sentimiento que todos evitamos. No decimos abrazar el sufrimiento, nada más lejos de la realidad, sino tenga en cuenta que a veces el dolor funciona como una especie de "pedagogía de la vida". Un elemento implícito en la sabiduría del universo. Una oportunidad para conocernos mejor y recordar que la privación de algo que amamos siempre nos enseña algo importante.

Por esta razón, es necesario dar tiempo al tiempo. Un edificio no se construye de la noche a la mañana y tampoco un gran amor. Las experiencias amorosas son intensas y complejas, por lo que es necesario digerirlas y controlar la ansiedad del malestar que genera una pérdida, para que puedas aprender las lecciones adecuadas de estas situaciones.


No existe una receta mágica para curar el mal de amores, pero si estás pasando por esta difícil etapa, lo mejor es que hagas un esfuerzo por ser tolerante.. Contigo mismo, con el ser amado que ya no está a tu lado y con las dinámicas profundas de la vida, que tienen sus tiempos y sus sorpresas al final del camino.

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